La estrategia funcionó en junio, cuando la banca española se desnudó ante la comunidad financiera internacional al someterse a los test de estrés más exigentes de Europa. Y, ahora, el Banco de España confía en disolver la fuerte presión que sufre la banca en los mercados con la misma receta: máxima transparencia. El supervisor anunció ayer que las entidades deberán desvelar más información sobre el que es considerado el punto débil del sector, la exposición al ladrillo, y la fecha indicada será el primer trimestre de 2011, cuando las cajas que ahora están en pleno proceso de fusión sean ya del todo operativas.
El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, avanzó ayer durante una conferencia en Barcelona las nuevas medidas. A partir de marzo, la banca deberá publicar información sobre sus carteras de promoción y construcción, así como de la exposición hipotecaria residencial. Además, las garantías que las respaldan también tendrán que ser desglosadas —conocidas como «loan to value»—, su estado de pago y las coberturas constituidas para hacer frente a un posible deterioro.La financiación mayorista será el otro gran foco de atención del supervisor, puesto que, de hecho, ya lo es de los mercados en forma de aversión a la dependencia. Bancos y cajas tendrán que desvelar los intrumentos utilizados, las eventuales garantías que los respaldan y su plazo.
El nuevo formato de información será diseñado previsiblemente la próxima semana entre el Banco de España, las patronales de bancos y cajas (AEB y CECA), la CNMV y el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). La idea no es solo ofrecer a los inversores información «cuantitativa», dijo Aríztegui, sino «ofrecer las explicaciones que permitan su correcta interpretación». Se trata, en definitiva, de ofrecer datos a un mercado que no discrimina.
El ejercicio, en cualquier caso, lo puso en marcha a principios de año Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consciente del lastre que para el sector supone la imagen de España como paradigma de la locura inmobiliaria. En el último Informe de Estabilidad Financiera desveló que los préstamos problemáticos concedidos para la construcción y promoción inmobiliaria ascendían en junio a 180.800 millones, con una cobertura del 26,6%. Esto supone el 41% de todos los créditos. Ahora se trata de que banco a banco, y caja a caja pongan las cartas sobre la mesa y hagan pública su exposición. En el sector, la iniciativa fue acogida con los brazos abiertos. Desde la CECA, José Antonio Olavarrieta, director general, recordó su compromiso con la «transparencia». El secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, por su parte, fue tajante: «los bancos ya lo están haciendo».