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Fútbol / el clásico

Los partidos comparten camiseta... solo por el fútbol

Rubalcaba forma equipo con Rajoy, y Zapatero se alía con Duran Lleida. Todos juntos y en este caso revueltos

Día 27/11/2010 - 04.06h
c. g. simon
Son las siete de la tarde de un martes cualquiera en el Congreso. Es día de fútbol y en una hora y media empieza el partido. El debate en Pleno se acelera por momentos y algunos portavoces ni se molestan en subir a la tribuna: prefieren hablar desde su escaño para hacer más «ágil» su intervención, explican. La votación se adelanta, pero justamente hoy es en urna y no con botón electrónico, lo que significa que todos los diputados tienen que pasar, uno a uno, por la Mesa para introducir su papeleta. Pronto se forma una larga fila.«¡Venga, mueve el culo, que empieza el partido!», se escucha desde un micrófono abierto. La interpelación apremiante corresponde a un miembro de la Mesa, que como otros muchos diputados tenían cierta prisa por acabar para poder ver el partido del Real Madrid, que iba a comenzar en breve. Lo cierto es que el debate y la votación acabaron a tiempo para que sus señorías pudieran salir en estampida en busca de una televisión.
Algunos pensarán que es casualidad, pero cuando hay fútbol los diputados, y el presidente de la Mesa, se las apañan bien para acabar a tiempo los debates. Luego no es nada raro encontrar a tres culés de pro en uno de los pasillos ante una gran pantalla de televisión. Algo así pasará el próximo lunes, si es que hay diputados ese día en la Cámara. De momento llegan las primeras apuestas: Zapatero ve vencedor al Barcelona por 4-2 y Rajoy se queda con un empate a dos.
El fútbol está siempre presente en los pasillos del Congreso, donde diputados-hinchas hacen gala de sus colores siempre que su equipo se la juega. Ocurrió en la última final de la Copa del Rey, que disputaron el Athlétic de Bilbao y el Barcelona. Los diputados del PNV, con su portavoz, Josu Erkoreka, a la cabeza, endosaron una bandera rojiblanca a uno de los leones del Congreso y posaron ante las cámaras cual «hooligans» entusiastas. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, se enfundó a su vez una camiseta blaugrana.
El Real Madrid y el Barcelona son los equipos que movilizan a más políticos, dentro y fuera del Congreso. Solo en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado, Trinidad Jiménez (estas dos últimas con menos afición, eso sí) y Valeriano Gómez defienden al equipo del Bernabeu, frente a los forofos del Barça que están capitaneados por José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por Rosa Aguilar (culé a tope, dice), Carme Chacón (aunque prefiere el baloncesto) y Leire Pajín, después de su amada Real Sociedad.
En el bando del Real Madrid hay que sumar a Mariano Rajoy (también es del Deportivo), y a los portavoces parlamentarios Soraya Sáenz de Santamaría (PP) y José Antonio Alonso (PSOE). Con el Barcelona están ERC en bloque, con Joan Ridao a la cabeza, Joan Herrera (ICV) y casi todo CiU, con Duran Lleida el primero.
Los otros colores
En el Grupo Catalán tiene un hueco el Español. El diputado Josep Sánchez Llibre es fiel «periquito». En el PNV domina el Athletic de Bilbao. «Es mucho más que un equipo de fútbol», dice Josu Erkoreka. La Real Sociedad no está nada mal defendida entre los políticos, sobre todo en el Gobierno: Ramón Jáuregui, Cristina Garmendia, Leire Pajín y Ángel Gabilondo defienden con orgullo sus colores. El Atlético de Madrid también tiene sus adeptos, empezando por los ministros Miguel Sebastián y José Blanco (que comparte afición con el Celta de Vigo).
Sus señorías, como el resto de España, vibraron especialmente este verano pasado con la Selección en el Mundial de Sudáfrica. Tres días después de que España se proclamara campeona del mundo, comenzó el Debate sobre el estado de la Nación, y entre todos se estableció una especie de pacto tácito para no usar la victoria de la selección en la contienda política. Aun así, se escapó algún comentario. «Imagínese que el árbitro de la final del mundial no hubiera sido equitativo», espetó Ridao (ERC) a Zapatero, en un intento por comparar ese partido con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña. El diputado navarro Carlos Salvador prefirió expresar el orgullo por el triunfo de la selección y elogió los valores que representaba: conocimiento, profesionalidad en la competición, un proyecto claro, una gestión responsable y eficaz, sacrificio personal, trabajo, orden, disciplina, esfuerzo, unidad, cooperación, concordia, fe, corazón... Y se llevó una buena reprimenda de Zapatero: «No debemos mezclar política con deporte», aunque acto seguido propuso someter a examen la política económica del Gobierno. Solo una semana más tarde fue su vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega quien usó la victoria en el Mundial como arma arrojadiza contra el PP. La política es así.

Los equipos

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