El respiro que se tomaron ayer los inversores tanto en los mercados de deuda como en los de valores, benefició a Portugal, que pese a las amenazas de rebaja del «rating» de su deuda por parte de Standard & Poor's logró salir relativamente airoso de la subasta celebrada ayer.
El país vecino colocó 500 millones de euros en letras del Tesoro a doce meses con un interés del 5,281%, lo que supone un incremento de prácticamente el 10% respecto al 4,813% ofrecido hace dos semanas y casi seis veces más del coste asumido el pasado mes de enero.
No obstante, a pesar del fuerte incremento de la rentabilidad exigido por los inversores, la colocación efectuada por el Instituto de Gestión de la Tesorería y el Crédito Público de Portugal contó con mayor interés por parte de los inversores, ya que el ratio de cobertura se situó en 2,5, frente al 1,8 de noviembre. Y en los mercados secundarios, la prima de riesgo que paga el Estado luso se rebajaba hasta los 386 puntos básicos desde los 456 del día anterior.
Rebaja en tres meses
Y esto se producía después de que la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's colocara el «rating» a largo plazo «A-» de Portugal en vigilancia con «implicaciones negativas» lo implica la posible rebaja de la nota de solvencia del país luso en un plazo de tres meses. Este precio superó el 5,0% estimado por operadores y analistas antes de la subasta, aunque el alza en los costos de endeudamiento a corto plazo fue menor que el salto de 150 puntos básicos visto en la operación anterior de noviembre.
La agencia de calificación precisó que en el caso de que Portugal solicite ayuda exterior y se subordine a los acreedores privados a los públicos o en el caso de que las perspectivas fiscales y de crecimiento de Portugal empeoren se podría recortar su «rating», aunque aún así permanecería dentro del grado de inversión.
La agencia justificó su decisión en el incremento del riesgo sobre la solvencia del Gobierno luso, al que criticó por los escasos progresos realizados hasta la fecha a la hora de aplicar reformas para mejorar el crecimiento y compensar el impacto fiscal de los recortes previstos en los Presupuestos de 2011. «Pensamos que las políticas del Gobierno han hecho muy poco para impulsar la flexibilidad laboral y la productividad», explicó Frank Gill, analista de crédito de S&P, quien considera que la economía lusa se contraerá al menos un 2% en 2011 en términos reales.
Cuestión de competitividad
En este mismo sentido, Barclays Capital, advierte que el problema de Portugal no son los bancos, como en el caso irlandés, sino la competitividad y la solvencia de la deuda. Apunta, en este sentido, que las opciones del Gobierno portugués para reducir los diferenciales de deuda pasan por medidas de consolidación fiscal, pero también por reformas estructurales para fomentar la competitividad y el crecimiento. A su juicio, sería razonable que Portugal pidiera ayuda financiera a la Unión Europea y al FMI para aliviar a sus bancos y a la deuda soberana de las presiones de financiación y de los costes, a menos que la rentabilidad de la deuda y el riesgo país se redujera de manera notable en breve.
No opina lo mismo el Gobierno alemán, que ayer defendió, a través de su ministro de Economía, Rainer Brüderl, que no ve necesario que España y Portugal recurran al rescate europeo.
«La situación económica y financiera de España y Portugal no es comparable con la de Irlanda, ya que está en manos de ambos países luchar contra el pesimismo que se ha apoderado de los mercados sobre la problemática de su deuda.
También la ministra gala de Economía, Christine Lagarde, salía en defensa de la solidez de los programas de ajuste puestos en marcha en ambos países.







