Los controladores se convirtieron ayer en el payaso que recibe todas las bofetadas. «Nos han puesto entre la espada y la pared», dijo entre lágrimas Blanca Uriarte en el aeropuerto de Palma. «Lo de ayer nos ha puesto a todos los pelos como escarpias», escribió en su blog Cristina Antón. «El Gobierno y AENA han desatado una salvaje campaña mediática contra nosotros», aseguró en una carta «a familiares y amigos» uno de ellos. Tres controladores aéreos militarizados por un decreto del gobierno para garantizar un servicio público esencial: el transporte aéreo.
«Jamás lo hubiéramos hecho voluntariamente, nos obligaron», declaró ayer a Efe en Palma de Mallorca la controladora Blanca Uriarte. Mientras rompía a llorar y trataba de pedir disculpas a los ciudadanos por lo que admitió que había sido una «barbaridad» a la que les ha empujado el Gobierno, Uriarte relató la situación de tensión que se vivió dentro de la torre y del centro de control de Palma.
«En estado de ansiedad»
Uriarte aseguró que el estado emocional en el que están los controladores no es seguro para poder ejercer sus funciones con garantías y que por eso ninguno quiso asumir la responsabilidad de trabajar en condiciones de «ansiedad» que les ha causado el Gobierno. «Ha entrado la Guardia Civil, el Ejército del aire con pistolas y nos han obligado, en este estado a sentarnos y a separar aviones. Eso ha hecho el gobierno. Ellos han encerrado a toda esta gente», afirma.
«No nos ha dado opción, nos ha obligado a tirarnos a un precipicio». Cristina Antón, controladora aérea en Baleares, escribe el blog «Controladores aéreos y otras hierbas» (http://controladoresareosyotrashierbas.blogspot.com/2010/12/ver-si-nos-entendemos.html). Ayer fue un día de frenética actividad para Antón. Indignada con muchos de los comentarios que oía y que sus lectores descargaban sin cesar en su bitácora (aunque ella se encarga de filtrar los insultos), expresa con nitidez su visión de las cosas. Niega que España sea un estado de derecho: «Pues va a ser que no. El primer decreto ley que nos cascaron anuló nuestro derecho a la negociación colectiva violando la Constitución».







