Hace unas cuantas semanas compartíamos la historia de la primera tarjeta de crédito. Desde su nacimiento, se ha convertido en una herramienta de pago fundamental que permite realizar compras sin necesidad de disponer de dinero en efectivo. No es de extrañar, por tanto, que en periodos de elevado consumismo, como la navidad, se convierta en la estrella de los comercios.
Hoy de nuevo vamos a abordar otro aspecto curioso de estos documentos, pero esta vez no relacionado con su historia, sino con su nomenclatura; ¿qué significado tienen los dígitos en relieve que poseen?
Para ellos rescatamos una anotación publicada en Gaussianos (el título lo delata), un blog sobre ciencia y matemáticas que nos recuerda que los 16 dígitos de las tarjetas de crédito se encuentran agrupados de cuatro en cuatro principalmente por razones de comodidad, para poder recordarlos e identificarlos mejor:
Los cuatro primeros dígitos corresponden al número de identificación de la entidad que emitió la tarjeta. El siguiente dígito, (el quinto) indica el tipo de tarjeta y la entidad financiera a la que corresponde (American Express, VISA, MasterCard …). Los diez dígitos posteriores identifican de forma única al usuario titular de la tarjeta. El último, es un dígito de control que cumple la misma función por ejemplo, que la letra que hay al final de nuestro DNI: confirmar que el número de la tarjeta es válido.
Y es aquí donde podemos echar mano de las matemáticas ya que este dígito de control se calcula a partir de los dígitos anteriores en base al algoritmo inventado por el informático alemán Hans Peter Luhn.