«Alma», la ópera prima de Rodrigo Blas, un artista que ha trabajado en «joyas» de Pixar como «Wall-e», «Los increíbles» o «Buscando a Nemo» es el nuevo triunfador del Festival de Aguilar de Campoo, que ayer finalizó con la entrega de sus premios, además del reconocimiento al actor vasco Alex Angulo con el Águila de Oro por su trayectoria profesional.
El director granadino se alzó con el primer premio del certamen palentino, que además obtuvo el galardón al mejor guión original. «Alma», que ya ha cosechado varios premios, entre ellos, el del Festival Internacional de Animación en España, es una película de animación de cinco minutos llena de ternura y misterio, que tiene como protagonista a un niño que entra en una tienda de juguetes atraído por un muñeco que ha visto en el escaparate.
Junto a la obra de Rodrigo Blas, otros cortometrajes que destacaron en el palmarés final del festival fueron «Picnic», de Gerardo Herrero, que obtuvo el premio al mejor corto de Castilla y León, a la mejor fotografía y a la actriz revelación, que fue a parar a Sveta Zhukovska, y «Pablo», que logró otros tres premios, el de mejor actor, para José Angel Egido; el de mejor actriz, para Carla Pérez; y el de mejor actor revelación, concedido a Pablo Derqui. A su vez, «El método Julio», del realizador vasco Jon Garaño, alcanzó los premios de la prensa, mejor dirección y mejor montaje.
Otras obras reconocidas en el festival fueron «El grifo», de Denis Rovira y «Camas», de Manuela Moreno,y «The lost Rockefeller», que compartió el premio al mejor cortometraje de Castilla y León con «Picnic».
En lo que a los concursos internacionales se refiere, el Festival de Aguilar premió a los mejores trabajos de cada uno de los continentes. El premio europeo fue para la obra rumana «Colivia», de Adrián Sitaru, el premio americano para la película argentina «No me ama», de Martin Piroyansky, el premio africano para la cinta argelina «Garagouz», de Abdenour Zahzah, el premio asiático para el corto israelí «Laharog Dvorah» y, finalmente, el premio de Oceanía para «The not so great Eugene», de Michael Hill.