El de Prometeo es uno de los grandes mitos clásicos. Esquilo lo llevó a escena y el dramaturgo alemán Heiner Müller firmó en los años ochenta una versión de esta obra, que ha servido de base a Carme Portaceli para poner en pie un espectáculo estrenado el pasado verano en el Grec barcelonés y que hoy se presenta en el teatro Valle-Inclán. «Zeus —ha escrito la directora—, el tirano recién llegado al poder, pretende quitarles la vida a los humanos y vovler a convertirlos en una especie de animales. Pero Prometeo roba el fuego para dárselo a los mortales, les enseña las letras, los números, el uso del fuego para la industria, el uso de las plantas para tratar enfermedades...» «Prometeo concede al ser humano la conciencia —añade Carme Portaceli— y eso hace que se le aparte del mundo para siempre y que sea castigado con las cadenas eternas».
Un faro es el escenario en el que la directora catalana ha situado a Prometeo, encadenado por Zeus. «La obra habla del fin del mundo, y pensamos en Finisterre», explica. «El mito de Prometeo es imprescindible para entender al hombre, y la versión de Heiner Müller toma la contundencia del texto de Esquilo y lo hace aún más contundente; su versión es muy esencial, lleva mucha tensión emocional y apenas te deja intervenir. Su lenguaje da mayor fortaleza si cabe al texto, potencia la acción interior. Ciudadano de la RDA, su versión es también una mirada crítica e irónica sobre el comunismo».
Una de las aportaciones principales de la versión de Carme Portaceli es convertir a Prometeo en mujer. «Los mitos no tienen sexo —se justifica—, servían para perpetuar el patriarcado; el mundo hoy es tanto de los hombres como de las mujeres, y por eso Prometeo puede ser, como en este caso, una mujer».
Carme Elías ha recordado cómo Carme Portaceli la convenció para que hiciera este «Prometeo». «Fue hace un par de años, en la inauguración del Grec; cuando me lo propuso, le pregunte ¿por qué una mujer y por qué yo?. Ella me contestó: “¿Por qué no? Y acepté el reto; es bonito tener un personaje como éste entre las manos, aunque naturalmente exige una gran responsabilidad y concentración —mayor aún que en otros trabajos— y me produce vértigo cada vez que subo a escena».
Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional, uno de los coproductores del espectáculo junto con el Grec barcelonés, añade: «Es una mujer con todos los sustantivos del ser humano. Hacer mujer a Prometeo es una apuesta valiente porque es profunda; Carme ha colocado la cámara en otro sitio, intenta descubrir otras perspectivas y otros ángulos con una inquietud emocional diferente».
El montaje cuenta con la música original de Daniel Nel.lo, interpretada en directo por un cuarteto. «Le da un punto muy brechtiano al montaje y transporta emocionalmente al espectador», dice Carme Portaceli. Paco Azorín ha realizado la escenografía, mientras que el vestuario es de Antonio Belart y la iluminación de María Domènech. Acompañan a Carme Elías en escena David Bagés (Hermes), Lluïsa Castell (Ío), Gabriela Flores (Coro), Llorenç González (Fuerza), Pepa López (Océano) y Albert Pérez (Hefesto).