Incredulidad, sorpresa, decepción... Son algunos de los términos con los que los palentinos de la Avenida de Madrid, el barrio en el que reside Marta Domínguez, expresaban sus sentimientos ante la noticia de que sobre su paisana pesan cargos por tráfico de sustancias dopantes. Y es que, para prácticamente todos los palentinos, la deportista es un ídolo, a la vez que una ciudadana más, a la que saludan por la calle, le animan cuando la ven corriendo y de la que podían presumir y enorgullecerse. Por eso llevan su nombre el pabellón deportivo de la capital y una calle, así como las instalaciones deportivas de Venta de Baños, la localidad donde la atleta empezó a entrenar y a la que sigue muy vinculada.
Los reconocimientos a Marta Domínguez no habían terminado. El Ayuntamiento de Palencia se había comprometido a dedicarle una estatua con motivo de su triunfo en los 3.000 metros obstáculos en Berlín, donde se proclamó campeona del Mundo. La estatua de la atleta triunfante a su llegada a la meta está hecha. Es una obra de tamaño natural, del escultor Luis Alonso, y la Comisión de Participación Ciudadana del próximo lunes iba a acordar el encargo oficial, por un presupuesto de 48.000 euros. Los acontecimientos han obligado a retirar el asunto del orden del día de la comisión.
Unos acontecimientos sobre los que las autoridades piden prudencia y los ciudadanos se resisten a aceptar. «No me lo creo todavía», confiesa Soraya Nava, que sale con sus dos hijos del colegio Santa Rita, donde la atleta estudió durante un tiempo de pequeña. La mujer muestra su confusión y critica «el acoso» de los medios de comunicación. «No ha robado ni ha matado para que estén ahí las 24 horas», subraya. Es la hora de salida de clase y otro matrimonio se dirige a su casa tras recoger a los niños. El marido, David Calzada, se muestra prudente: «En principio, hay una investigación abierta y prefiero no opinar», indica. Aunque es pesimista respecto a que la imputación a Marta Domínguez no vaya a tener consecuencias. «Viendo cómo está el deporte de competición, me temo que no todo el mundo está limpio», apunta.
Un personaje de prestigio
Otros vecinos y un grupo de profesoras del centro no quieren ni hablar del asunto. De hecho, el profesorado del colegio se reunió por la mañana para abordar el tema. El acuerdo fue pedir a los alumnos «muchísimo respeto» hacia la deportista, explica una de las profesoras más antiguas del colegio Santa Rita, que prefiere no dar su nombre. La docente admite que «a todos nos han sorprendido las noticias» sobre su posible implicación en el red de dopaje, y detalla cómo los niños llegaron este viernes a clase «disgustados, porque en el centro se le admira mucho».
Marta Domínguez ha colaborado en numerosas actividades del colegio, desde entrega de material deportivo con motivo de alguna competición, hasta dar charlas sobre el deporte. «Tener un personaje así en Palencia, nos da categoría», resume la profesora.
Cerca del centro, en la Plaza de los Conquistadores, los cámaras, fotógrafos y periodistas han montado guardia frente a la casa de la atleta. Los bancos y una mesa de ping-pong del parque sirven de oficina de trabajo. La hermana de Marta Domínguez llega a la casa ante la expectación de todos. Poco después llega su hermano en coche. Sus movimientos y los de otros allegados que acceden a su vivienda o a la de los padres, al lado del parque, se siguen al detalle. Los vecinos, a su vez, observan a la tribu de periodistas mientras pasean a sus mascotas o cuidan a los niños. Francisco Álvarez, que vive por la zona, incide también en lo «sorprendidos y disgustados que estamos en el barrio, porque no nos esperábamos esto». Afirma que conoce a Marta Domínguez desde que hacía sus primeros pinitos como deportista: «En este momento todas las conversaciones se refieren a la sorpresa que nos ha dado Marta»







