El fuerte repunte del precio de petróleo se deja notar ya en las gasolineras españolas. El litro de gasolina se sitúa ya por encima de la barrera de los 1,2 euros. Y el litro de gasóleo roza los 1,15 euros. En ambos casos se aproximan a sus máximos históricos, registrados a mediados de 2008. Pero la consecuencia más temida de ese incremento del precio del barril de crudo es que provoque un fenómeno inflacionista que dé un azote a la recuperación económica.
Porque una subida del precio del «oro negro» va acompañada, siempre, de un incremento generalizado de los precios. Y si algo han enseñado las sucesivas crisis es que esa conjunción supone un mazazo para el crecimiento económico y, por lo tanto, para las aspiraciones de los países de abandonar la recesión. Son los bancos centrales —el BCE en el caso de la UE— los que tienen en su mano evitarlo. ¿Cómo? Con drásticas medidas como la retirada de liquidez del sistema —dejando de comprar deuda pública— y la subida de tipos. Y esto se traduce en menores facilidades a la banca y, por lo tanto, en menos créditos a familias y empresas.
Se sitúa en niveles similares a los del segundo semestre de 2008
La comparativa anual es todavía más preocupante. En los últimos doce meses, la gasolina se ha encarecido un 12,9% y el gasóleo un 16,2%, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Trasladado a lo que paga el ciudadano en las estaciones de servicio, llenar un depósito de coche de 50 litros con gasolina cuesta ya 61,5 euros, 8 euros más que hace un año. Hacerlo con gasóleo, por su parte, cuesta 57,35 euros, 9 euros más.
Los analistas ven en el repunte del crudo la respuesta a la crisis financiera
¿Crisis de suministro?
Los analistas ven en el repunte del crudo la respuesta de los inversores a la incertidumbre financiera. Esos inversores estarían escapando de la volatilidad de los mercados de renta variable, de la poca rentabilidad de los bonos de deuda soberana y de la caída del dólar hacia valores «refugio» como el oro y el petróleo. Animados también por un repunte del consumo de crudo fruto de la incipiente recuperación económica a escala global.
De hecho, algunos países hablan ya de una crisis de suministro global por el descenso en la producción y un incremento de la demanda ante esa salida de la crisis y, sobre todo, ante el empuje del consumo de los países emergentes. Libia e Irán, ambos productores, han advertido de que eso provocará que el barril supere los 100 dólares a inicios de 2011. La OPEP, además, habla sin rodeos de «especulación». Ayer mismo dijo que no aumentará la producción de crudo —fijada en 24,84 millones de barriles diarios— si el único motivo de ese encarecimiento es la usura en los mercados.








