La indignación del Partido Popular en este asunto se ha hecho más que palpable. De hecho, su portavoz municipal, Juan José Gil, solicitó al gobierno formado por el binomio PSOE-NC que recule en este asunto. «Esta falta de respeto que muestra Juan Díaz y sus alcaldes no es más que la muestra del talante con el que han gobernado estos cuatro años. El sueño de Juan Díaz se está acabando poco a poco, y en vez de terminar con la cabeza alta corre el riesgo de pasar a la historia como el peor alcalde de Ingenio», manifestó. Por otro lado, los afectados se encontraron con la extraña situación de que el portavoz de Agrupa Sureste, Domingo González, les había aconsejado abandonar la propiedad para evitar posibles multas, contradiciendo las pautas de los abogados.
Los vecinos del barrio de El Lirón —situado en el municipio grancanario de Ingenio— no ganan para disgustos. Esta semana ha vivido una serie de capítulos surrealistas que llegan a rozar lo kafkiano después de los intentos, por parte del gobierno local, por realizar las obras del anillo verde de El Lirón y El Ejido pasando por unos terrenos delimitados claramente como espacio privado. La tensión y las fricciones vividas en este enclave del sureste han llegado hasta tal punto que incluso agentes de la Policía Local amenazaron con detener a los ciudadanos de una vivienda afectada por dichos trabajos municipales.
A pesar de que el propio consistorio —presidido por el socialista Juan Díaz— ha reconocido la naturaleza privada de estos terrenos, tanto Eugenia Suárez (su legítima propietaria) como Juana María Hernández (su hija) y Antonio Javier Peñate se ven impotentes ante las numerosas irregularidades realizadas por el Ejecutivo municipal. «Intentaron detenernos el jueves afirmando que había pasado a ser pública la propiedad», afirmó Peñate aún con la rabia contenida. De hecho, los operarios aprovecharon su ausencia para trabajar en el ya denominado área de la discordia sin tan siquiera media palabra entre los afectados y el grupo de gobierno. Tampoco parece importar la denuncia existente en los juzgados de Telde donde se solicita la paralización de dichas obras, ya que el lunes las máquinas volverán a tomar acto de presencia.
El origen de este espinoso asunto se capitaliza en el proyecto denominado «Mejora de la movilidad, seguridad peatonal y creación de anillo verde desde El Lirón hasta El Ejido», con cargo a los planes del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, FEESL. Dicha obra se adscribía al ya pasado 2010 a razón de 500.000 euros de presupuesto. Sin embargo, el principal punto de fricción se circunscribe en la construcción de un muro perimetral a la carretera. El 4 de agosto se plantó la primera máquina excavadora sobre los aledaños la vivienda de Eugenia Suárez —su propiedad comprende unos 3.500 metros cuadrados aproximadamente—. El espacio sobre el que quiere actuar el ayuntamiento describe unos 330 del total, aunque tras confirmarse la titularidad privada del enclave, la corporación ingeniense se apresuró en pedir disculpas y preparar una serie de negociaciones.
«Al principio Dámaso Vega (concejal de Urbanismo) nos pidió una cesión de uso por 30 años, pero nosotros queríamos una permuta. Nos contestó que así sería y sin embargo en septiembre volvieron a plantarse aquí con los trabajos», recalcó Antonio Peñate, padre de dos hijos y pareja sentimental de Juana María Hernández. «En esa segunda ocasión nos dijeron que no podían parar la obra por que eso le saldría muy caro al ayuntamiento», agregó.
En esa marejada de confrontaciones, los afectados consiguieron ganar unos días para perfilar las correspondientes acciones judiciales. «Tenemos la zona cargada de pancartas, incluso hemos traído animales para paralizar todo esto», apostilló Peñate. El lunes se volverán a plantar ante las máquinas en un intento por proteger su vivienda ante la surrealista acción del ayuntamiento.
