Un robo de diversos elementos del sistema de electrificación obligó ayer a interrumpir la circulación de trenes entre las localidades de Salou y Cambrils (Tarragona) durante unas siete horas. Los sufridos usuarios tuvieron que tomar transportes alternativos y desplazarse por carretera en vehículos que habilitó el gestor ferroviario Adif.
Según las primeras investigaciones los ladrones robaron 8 contrapesas del sistema de electrificación en el punto quilométrico 261/180 de la línea de ancho convencional Valencia- Tarragona- Barcelona. El robo provocó un desprendimiento de 420 metros de hilo de contacto y, como consecuencia, la falta de suministro eléctrico, un problema que comenzó a las 12:40 del mediodía y que no pudo solucionarse hasta las 19:25, hora en que se restableció la circulación y se empezó a recuperar la normalidad. Según informaron fuentes de Renfe, estos elementos son indispensables para el correcto funcionamiento de la catenaria.
El personal de Adif se desplazó hasta el lugar del suceso para recoger información y valorar los daños para presentar la correspondiente denuncia ante los Mossos d’Esquadra y los técnicos trabajaron a contrarreloj para poder reparar los daños lo más pronto posible. Para que la incidencia entre los usuarios fuese lo más mínima, se habilitaron servicios alternativos por carretera para suplir a los trenes de larga distancia y regionales afectados, con un total de 40 autobuses, algunos de ellos cubrieron el tramo del trayecto afectado, en el caso de los regionales y el resto hicieron el recorrido des de l’Aldea hasta Tarragona para poder transportar a los usuarios de larga distancia.
Larga espera Los trenes afectados durante la jornada fueron un total de 10 de larga distancia y 7 que realizaban el servicio regional. Los usuarios fueron informados de lo ocurrido cuando viajaban en el interior de los trenes afectados y también se informó al resto de personas que iban a coger algún tren en las estaciones afectadas.
No se vivieron situaciones caóticas a causa del problema, pero algunos tuvieron que esperar un poco más de lo habitual porque no cabían en los autobuses y se amontonaban en las aceras para poder cogerlos lo antes posible, aunque conforme fueron llegando los vehículos, se les fue recolocando paulatinamente y todos pudieron subir en algún momento u otro. Más de uno calificó de «vergüenza» la situación vivida y otros se lo tomaron con humor, como una anécdota más del día que explicar al llegar a casa. Estos últimos eran sobre todo los que tenían que hacer un trayecto corto, ya que el hecho de hacerlo en autobús tampoco les hizo perder demasiado tiempo, tan solo unos minutos más de los previstos.
Por contra, los usuarios de larga distancia si que tenían peor cara ya que tuvieron que sumar una hora más a su viaje, que es el tiempo que tarda el autobús en hacer el trayecto por carretera entre Tarragona i la Aldea. En estos casos, la paciencia tuvo que ser la mejor aliada.