El Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha propuesto este miércoles a los líderes de la Unión Europea que aprueben un aumento del Fondo de Estabilización de la Eurozona o Fondo de Rescate, creado en mayo y dotado con 750.000 millones de euros entre las aportaciones europeas y del FMI, para preservar la estabilidad de la Eurozona.
Barroso ha explicado además que la decisión debería ser tomada en la próxima reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, prevista para el 4 de febrero en Bruselas, “dado el periodo de inestabilidad en el que vivimos, para dar garantías a los mercados y sobre todo preservar la estabilidad del euro”.
Sin embargo, y aplicando el principio de realidad, la propuesta de Barroso ha tenido poca esperanza de vida ya que esta misma mañana portavoces de los Gobiernos de Alemania y Francia ya han declarado que, de momento, la cuantía del Fondo es suficiente y que no se plantean aumentar su aportación.
Cabe recordar que la contribución al Fondo de Estabilización de la Eurozona se hace en función del peso de los países en el capital del Banco Central Europeo (BCE), el que a su vez está distribuido en función del peso ponderado en el total del PIB europeo de cada uno de los países, de tal modo que los países más grandes, entre ellos Alemania y Francia, son los que más aportaciones suplementarias tendrían que hacer en caso de decidirse una ampliación del mismo.
En todo caso, y vista las reticencias alemanas y francesas, lo que sí sería más factible es que los ministros de Economía de la Eurozona discutieran en la reunión que tienen previsto celebrar la próxima semana en Bruselas una flexibilización de las garantías de los préstamos, de tal modo que los 440.000 millones que corresponden a la aportación de los países europeos fueran reales y no teóricos como ahora a consecuencia de las garantías que los países se autoimpusieron en mayo del año pasado al constituirlo. Se calcula que la capacidad real de “rescate” del Fondo podría rondar los 250.000 millones, de los que ya se ha gastado una parte en préstamos a Grecia y a Irlanda en el año 2010.
Otra de las opciones que se barajan es que el dinero del Fondo de Estabilización de la Eurozona pudiera utilizarse para la compra de deuda pública de los países con más problemas para financiarse en los mercados.
En todo caso en Bruselas comienzan ahora unos días de negociaciones a muchas bandas para intentar esbozar un principio de acuerdo sobre los posibles cambios en el Fondo que puedan ser analizados, y eventualmente aprobados, por los Jefes de Estado en la Cumbre del día 4 de febrero.
