Es de otra galaxia. Esa en la que solo viven Messi y él. Cristiano fue el mejor futbolista del derbi. Venció con claridad al Kun en el duelo de estrellas. El argentino, es cierto, provocó la jugada del gol de Forlán y protagonizó después otras dos penetraciones de peligro. No pudo hacer mucho más en un equipo que se echó atrás y no tuvo el balón. El portugués, por el contrario, dio miedo a todo el Atlético. Trajo en jaque a la defensa de Quique. Se convirtió en el fusilero del encuentro. Realizó hasta diez disparos de potencia y anotó su trigésimo segundo gol de la temporada en un escorzo estelar que remató un centro genial de Ozil. Es el séptimo pase mortal que le firmaba el alemán. Para que digan después que la Merkel quiere intervenir a Portugal.
En la primera jugada del clásico madrileño, Ronaldo ya se escapó de Ujfalusi, de Perea y de Domínguez, hasta conseguir centrar con intención. Era el aviso del soberbio partido del «siete». Nunca el Real Madrid pudo encontrar mejor sustituto para tomar el dorsal que Raúl hizo grande durante dieciséis años.
El luso, 32 goles
Lo mejor de CR7 es que los rivales saben lo que va a hacer y lo consigue. Se atrevió a encarar por velocidad a dos adversarios en media docena de ocasiones y solamente en una oportunidad perdió el balón. Lo grandioso de este jugador es que dispara con marchamo de gol aunque sus marcadores sepan que ese es su objetivo. Mientras Agüero encaraba en solitario a Ramos en las pocas veces que recibió la pelota, el luso dirigió el ritmo infernal del Real Madrid. Marcaron los rojiblancos el 0-1 en una de las cinco escapadas claras del Kun y los locales continuaron con ese martillo pilón de fútbol a la máxima presión.
Era Ronaldo quien impuso esa rapidez. Agüero pidió un penalti en un choque con Sergio Ramos que no lo fue. Enfrente, su adversario de estrellato era el director de orquesta del dominio madridista. Retrasaba su posición para coger el balón e imprimir su nervio al equipo. El liderazgo de CR se lo ganó a pulso, una vez más, en el campo. Por eso suma 32 goles en 28 partidos entre Liga (23 dianas), Copa de Europa (4) y Copa (5). Al portugués nadie le ha regalado nada. Se lo ha ganado siempre.







