AFP
Karim Benzema, ante el Almería
Mourinho quiere un perro, a ser posible uno gordo y grande, por ejemplo un doberman, uno de esos grandotes que cierras medio ojo y ya te ha clavado los colmillos en plena testa llevándose el serrín del cerebelo y hasta medio circuito de vericuetos sensoriales. Mou mira a Benzema y le ve minino. Dicen de los gatos que mejor no te encierres con uno en una habitación para intentar molerle a palos porque te saca los ojos en un santiamén. Pero no tiene pinta Benzema de sacarte las uñas, más bien de sacarte la almohada y echarse a dormir.
Así que Mou esbozó esa sonrisa —la que le llevó al sexto puesto de los hombres más sexys del planeta— cuando le dijeron que podía venir Ruud Van Nistelrooy. Van Man, un cañonero de verdad, de esos que tienen tanto olfato que miran el balón y ya está en la red.
Todo le sonó bien al Santiago Bernabéu desde que Ruud apareció por Madrid. Veraneaba en Ibiza y hablaba bien español. Estuvo poco tiempo y se infló a meter goles, a explotar ese olfato de perro de caza bueno de verdad que tiene en esa gran nariz. Ni una mala palabra, ni un mal gesto, siempre amable y correcto. Cuando Ruud se fue a Hamburgo en busca de una plaza en el Mundial de Sudáfrica, el Bernabéu echó unas lagrimitas. Un tipo querido, como en el Bernabéu se quiere a la gente sensata, discreta y humilde.
Como el Madrid se ha quedado sin perros cazadores, Valdano, tipo listo, ha vuelto la cabeza al pasado. Si el francés no saca las garras habrá que traer un cazador, y nadie mejor que Van Man, el hombre. Pero está crudo porque el Hamburgo solo le tiene a él. Incluso habría que pagar, así que todo se ha puesto de color cenizo.
Y ya puestos a regresos, que se traigan a Raúl, que ya parecía que se lo estaba diciendo a Ruud en el terreno de juego: «Si no te dejan ir, ya voy yo y les arreglo el destrozo en un pis pas. Con lo que hay por detrás me forro a meter goles a troche y moche». Y no le falta razón. Lo que daría el Bernabéu por ver de nuevo al Rulo vestido de blanco. Mientras, Valdano a lo suyo: esperando a la vuelta de la esquina para atizarle a Mou con eso de «en el banquillo había un nueve». Un palo de esos de regreso, de «ya te estaba esperando yo a la vuelta de la esquina».
Lo que sería bueno es saber lo que estará pensando Benzema con todo este tejemaneje. Le dan mil y una oportunidades, le protegen no subiendo a Morata y ni así. Ahora le van a traer a un goleador de 34 años para que haga lo que él no es capaz de hacer. ¿Qué hará, sacará las garras? Lo más probable es que ronronee...
