El gol de Ulloa fue el castigo contra un equipo que sentó inicialmente a su único «nueve» y realizó el experimento con gaseosa de Kaká en una misión de segundo punta, de espaldas a la pelota, que nunca ha ejercido.
Mourinho corrigió la probatura tras el 1-0. Un ensayo que salió muy mal. Era el primer partido de Kaká como titular en el once del portugués y el resultado dejó en evidencia una verdad que el entrenador conocía: el brasileño no se encuentra todavía en la condición física ideal para disputar los noventa minutos.
La recuperación de la operación de rodilla acometida en agosto marcaba un plazo que definía el retorno del jugador a finales de enero. Las necesidades del técnico, dada la lesión de Higuaín, aceleraron su regreso a principios de año y la puesta en escena en Almería demostró que aún requiere tiempo y partidos. El duelo de medias punta entre Piatti y Kaká, por tanto, quedó en tablas de mediocridad.
Mourinho corrigió la probatura tras el 1-0. Un ensayo que salió muy mal. Era el primer partido de Kaká como titular en el once del portugués y el resultado dejó en evidencia una verdad que el entrenador conocía: el brasileño no se encuentra todavía en la condición física ideal para disputar los noventa minutos.
La recuperación de la operación de rodilla acometida en agosto marcaba un plazo que definía el retorno del jugador a finales de enero. Las necesidades del técnico, dada la lesión de Higuaín, aceleraron su regreso a principios de año y la puesta en escena en Almería demostró que aún requiere tiempo y partidos. El duelo de medias punta entre Piatti y Kaká, por tanto, quedó en tablas de mediocridad.
El extremo rojiblanco estuvo incisivo, pero quiso y casi nunca pudo. Recibió pocos balones para enseñar su toque y su finta. Enfrente, la estrella madridista se topó con ese problema de estrategia: era el conejo de Indias de un esquema nuevo. Jugó como un delantero retrasado o como un mediocampista adelantado. Ni él lo sabía. Y sin nadie delante, Kaká no tuvo referencias para enviar ese último pase de calidad que define su fútbol. Fue víctima del nuevo esquema.
Mirando para atrás, el Balón de Oro de hace tres temporadas no jugó a gusto. El brasileño luce cuando tiene el balón, toca e intenta a g regatear. Benzema le sustituyó para que el Madrid tuviera por fin un «nueve». El francés recuperó la plaza quel entrenador le quitó y dio el pase del empate a Granero. Eso sí, falló un gol. Otro. Y el Madrid perdió dos puntos.
