Junto al alza del precio del petróleo, las familias y hogares españoles comienzan 2011 afrontando las ya aprobadas subidas de la luz (+9,8%) y el gas (+4%), así como las nuevas tarifas para el transporte público. El último dato de la inflación, publicado el pasado viernes, no es nada alentador: el IPC cerró 2010 en el 3%, impulsado por los carburantes (+18,4%). Pero también por el tabaco, que ya cuesta un 20,8% más, tras el incremento aprobado por el Gobierno en diciembre; por el precio de las patatas, un 17,5% superior con respecto a diciembre de 2009. O de la calefacción, el agua y la luz, que ya se encarecieron un 9,8% en 2010.







