La inflación continúa su imparable escalada. En enero, la tasa interanual se disparó al 3,3%, con lo que acumula un alza de un punto en solo dos meses. Y es que ni siquiera las agresivas rebajas con las que los comerciantes han tratado de compensar la caída de ventas de los últimos meses han sido capaces de evitar el efecto en la cesta de la compra de una histórica subida del recibo de la luz.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), que ayer hizo público el indicador adelantado del IPC, explica que el alza mensual de la inflación, que ha pasado del 3% en diciembre al 3,3% en enero, se explica «principalmente por el aumento de los precios de la electricidad y los alimentos y bebidas no alcohólicas».
Fuentes del Ministerio de Economía, por su parte, afinan algo más y reconocen que el alza se debe mayoritariamente al aumento de casi el 10% en la tarifa eléctrica. Si a este comportamiento del recibo de la luz unimos la escalada de los carburantes —que el pasado mes marcaron máximos desde mediados de 2008— y el traslado al precio de los alimentos de una cotización al alza de las materias primas, encontramos causas más que suficientes para explicar este comportamiento del IPC en una economía prácticamente estancada.
José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía, confirmó ayer, al igual que hiciera la semana pasada la vicepresidenta Salgado, que la economía española cerró 2010 con una caída del PIB de dos décimas, una menos de lo estimado por el Ejecutivo. Pero aún así, esta caída deja a España en el furgón de cola de la recuperación europea y mundial.
Según algunos expertos consultados, y a falta de datos definitivos, la economía española podría haber crecido en el último trimestre de 2010 un mínimo 0,2%. Acumularía de este modo cuatro trimestres en positivo, pero con un crecimiento tan nimio que ni siquiera se ha evitado que la media anual apunte una contracción respecto al PIB del año anterior.
Y este es precisamente el peor escenario para los ciudadanos, inflación con práctico estancamiento económico. Y aunque todavía los expertos no se atreven a hablar de estanflación, el escenario es, sin duda, parecido. Los pensionistas tendrán que hacer frente a estas subidas de precios con sus prestaciones congeladas. Los funcionarios se encuentran con un alza del coste de la vida superior al 3% tras soportar un recorte de sus sueldos del 5%, y la situación de los casi cinco millones de parados es todavía peor.
Y si esto fuera poco, los hipotecados ciudadanos españoles tendrán que hacer frente a una subida del importe mensual de su crédito. El Euribor cerró enero en el 1,55%, lo que se traducirá en un nuevo incremento medio de unos 19 euros al mes en la cuota de la hipoteca y unos 226 euros anuales. La portavoz adjunta en materia económica del PP, Fátima Báñez, aseguraba ayer en este sentido que «una subida tan grande de los precios, en una situación de estancamiento económico, nos ahoga más en la crisis a todos los españoles». Báñez urgió al Gobierno a que ponga en marcha medidas para paliar el fuerte aumento del coste de la vida para todos los españoles.
En la zona euro, el 2,4%
La inflación también repuntó en la zona euro en enero, pero todavía se encuentra muy por debajo de la española. Según el indicador adelantado hecho público ayer por la oficina de estadísticas europea, la inflación de la eurozona se situó en el 2,4%, lo que supone un aumento de dos décimas respecto a diciembre. El IPC armonizado español, por su parte, alcanzó en enero el 3%, frente al 2,9% del cierre de 2010. El diferencial de precios con la zona euro se sitúa por tanto en seis décimas.
El INE explicó ayer que ha cambiado la metodología europea para medir la evolución de los precios del vestido y el calzado, así como el de frutas y hortalizas. Eso explica que a partir de ahora la evolución del IPC nacional y del armonizado no vaya a la par como hasta ahora. Y por estas previstas divergencias, el INE publicará desde ahora un adelanto tanto del IPC nacional como del armonizado. La diferencia entre ambos se ha situado en enero en tres décimas. El 3% del IPC con el que España se comparará en el ámbito europeo, contrasta con el 3,3% del dato nacional.
Argumentos para subir tipos
La evolución de la inflación europea es otro motivo de preocupación para la delicada situación de la economía española. El IPC de la zona euro supera ya en cuatro décimas el objetivo de inflación —el 2%— y el BCE ya ha advertido que estará muy atento a la evolución de los precios. Con las principales economías de la zona en clara senda de recuperación, y con la cotización del petróleo al alza —ayer el Brent superó los 100 dólares por barril— es probable que a la autoridad monetaria no le tiemble la mano a la hora de subir los tipos de interés en la eurozona para evitar presiones inflacionistas. Y eso sería un duro golpe para la economía española, que todavía no ha comenzado a despegar.
Y en este escenario una buena noticia. El Ibex subió casi un 10% en enero, el mayor repunte mensual desde julio del año pasado.







