Se presupone que la Liga está más que complicada, la Copa ante el peor rival posible, y la Champions con los favoritos interponiéndose en el camino hacia la final de Wembley. Así que al Madrid se le ha puesto el año bastante difícil. Lo curioso del asunto es que los blancos van a decidir su suerte en una corta franja de tiempo: entre mediados de abril y mediados de mayo.
En ese tiempo, el Madrid tendrá en la Liga tres salidas consecutivas a campos especialmente complicados: Valencia, Sevilla y Villarreal, un calvario que ya habrá hecho el mismo Barcelona poco antes. Pero además podría disputar las semifinales de la Liga de Campeones (si llega a esas alturas de torneo) y en plena vorágine de choques decisivos tendrá el 20 de abril la final de la Copa del Rey ante el Barcelona, solo tres días después de disputar el partido liguero ante los azulgranas en el Santiago Bernabéu.
En apenas diez días empieza el Everest para el Madrid, que tendrá que ir Cornellá para enfrentarse al mejor Español de los últimos tiempos para en nueve días afrontar el partido de la Champions ante el Olympique de Lyon.
Hay piedras enormes en el camino, como el posible enfrentamiento reiterado ante los azulgrana pero, aún peor que eso, es saber el estado en el que van a llegar los madridistas a este tramo decisivo de la temporada. El problema es que estamos a primeros de febrero y ya hay algunos jugadores blancos con el depósito físico en reserva. Y algunos ha tiempo ya, entre ellos Di María, Xabi Alonso, Khedira u Ozil, aunque este lo tapa con su formidable talento. Sin embargo, más allá de eso, el problema es Cristiano, jugador en el que se ha estado apoyando el Madrid para no despegarse del Barça. Hace tres o cuatro partidos que el bajón también le ha llegado al luso y, sin sus goles, el equipo de Mou se ha resentido.
Adebayor más Benzema
Ahora la incógnita es saber si la caída a los infiernos pulmonares es transitoria o definitiva. En Italia se dice que los equipos de Mourinho solían tener un bajón físico en enero para luego remontar, y el Madrid por regla general suele sufrir dicho bajón en marzo, pero difícilmente antes.
El mismo Xabi Alonso, persona sensata y cabal, no sabía muy bien a qué carta quedarse cuando se le preguntaba al respecto: «Lo que sé es que hemos tenido un mes muy exigente, pero ahora, con el paréntesis hasta que llegue la Champions, vamos a tener más tiempo para descansar y preparar los partidos».
El problema para los blancos es que Mourinho apenas ha rotado. Se ha apoyado en once jugadores a los que añade dos o tres a lo sumo: Arbeloa, Albiol y Lass. El resto no cuenta o cuenta muy poco, por lo que el Madrid está afrontando la temporada con 14 hombres que, después de tanta tralla, están más tiesos que la mojama. La preocupación blanca es ver que si el equipo está así a estas alturas de temporada, da miedo pensar cómo va a estar cuando llegue el tramo decisivo de la campaña y con los partidos más exigentes.
Por ahora, Mou ya tiene un plan de emergencia: guardar a Cristiano en determinados partidos poco exigentes y sacar a Benzema de segundo delantero detrás de Adebayor en punta.
