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La pasión privada e íntima por el dibujo del polifacético Miguel de Unamuno queda reflejada en una exposición, inaugurada hoy, que recoge 160 de sus obras en esta especialidad artística, algunas de ellas inéditas hasta ahora y que abarcan épocas y temas muy dispares.
Reconocido como un maestro de la papiroflexia, arte en el que se le atribuye incluso la creación de una serie de figuras originales, el que fue rector de la Universidad de Salamanca aparece ahora como un gran dibujante, realista en su contenido y en su temática. Esta idea ha sido resaltada en la presentación de la muestra por la directora de la Casa Museo Unamuno de la Universidad de Salamanca, Ana Chaguaceda, responsable de la exposición.
Su afición por el dibujo
La afición por el dibujo formó parte de la vida de Unamuno desde joven y no la dejó hasta el final de sus días, como se deduce de la nada desdeñable muestra que se ha podido conservar, ha destacado Chaguaceda. Con motivo del 75 aniversario de su muerte, la Universidad recoge ahora en una exposición una de las facetas creativas menos conocidas, pero no por ello menos importante del pensador vasco.
Se trata de 160 «garabatos» como él mismo los definió
Realistas en su contenido, su temática es muy variada y comprende desde retratos de personajes anónimos, amigos o familiares, figuras de animales, como ranas, caballos o toros; hasta los paisajes del campo charro salmantino o elementos arquitectónicos de la universidad o las torres de las catedrales. Creaciones a menudo sin título, realizadas en superficies tan diversas como los márgenes de sus cuadernos, el reverso de una factura o cualquier papel.
La muestra podrá contemplarse hasta el próximo 30 de abril en la sala de exposiciones del Patio de Escuelas Menores de la Universidad salmantina.