La pregunta es clara: ¿cuántos parados hay en Canarias? Y parece que la respuesta también debiera serlo, máxime en tiempos en los que la lacra del desempleo es la principal preocupación de la sociedad. Pero ni por esas. Todo lo más que podría contestarse es «depende», porque, al fin y al cabo, determinar un número acaso tenga más que ver con el organismo cuya estadística se tome de referencia que con la misma realidad. El último ejemplo de esta divergencia metodológica deriva de los datos que maneja la Agencia Tributaria. Si la Encuesta de Población Activa (EPA) calcula que 2010 echó el cierre con 314.400 canarios en paro, Hacienda lleva esta cantidad hasta 321.020; eso sí, en cifras correspondientes a un año antes. En otras palabras, el fisco estima que la economía canaria terminó 2009 con 6.620 desempleados más que los que la EPA contabilizó al finalizar 2010.
Esta sensible diferencia encierra, a su vez, distintas fórmulas y distintos métodos de cálculo, lo que explica que el Instituto Nacional de Estadística (INE) —que elabora la EPA—, el Ministerio de Trabajo y la Agencia Tributaria no se pongan de acuerdo. Así, mientras el INE registraba el pasado diciembre los referidos 314.400 parados, el departamento que lidera Valeriano Gómez —criticado a raíz de un pretendido maquillaje numérico— consideraba que los canarios sin trabajo eran «solo» 254.620.
Pero ocurre que, meses después, Hacienda se suma a la controversia y publica sus propios datos, unos datos que reflejan «el número de personas distintas que percibieron un subsidio en algún momento del año», es decir, el número de trabajadores que, efectivamente, tuvieron que echar mano de las arcas públicas durante el ejercicio en cuestión, de ahí que la estadística tenga cierto plus de certidumbre en un contexto en el que la sostenibilidad de la caja de la Seguridad Social está en entredicho. En este sentido, las cifras que maneja el fisco permiten formarse mejor una idea acerca de la realidad del mercado de trabajo y de cuántos ciudadanos sufren los rigores del desempleo, más allá de que hayan sido contratados un mes antes de que termine el año, por ejemplo.
Sea como fuere, la última actualización de la base de datos de la Agencia Tributaria pone negro sobre blanco que el tejido productivo de la región cerró 2009 con 321.020 parados, 6.620 más que los que la EPA registraría 365 días después y 66.400 más que los que sumaría Trabajo. Claro que el baile de números queda aún más al descubierto al comparar iguales períodos de análisis.
¿De más o de menos?
Según el ministerio —que saca de la categoría de «desempleados» a quienes estén matriculados en cursillos de formación y a aquellos demandantes en condiciones especiales, por más que, en realidad, no dejen de ser parados; lo que, por otra parte, le ha costado al Gobierno no pocas críticas—, Canarias puso fin al 2009 con 248.783 personas sin trabajo, esto es, la friolera de 72.237 menos que las que considera Hacienda, las susodichas 321.020.
En cuanto al INE, su Encuesta de Población Activa calculó el número de desempleados en las Islas para el último trimestre de ese año en 293.800. En este caso, pues, la diferencia se suaviza siquiera en algo y queda en 27.220, toda vez que el Instituto Nacional de Estadística no excluye ni a quienes se están formando vía cursillos del INEM ni a los demandantes en condiciones especiales. En consecuencia, y en términos relativos, el fisco incrementa la bolsa de parados del Archipiélago en un 22,5 por ciento respecto a los datos del departamento que rige Gómez y en un 8,4 por ciento respecto a los números del INE.
De esta forma, la Agencia Tributaria obtiene una fotografía de los problemas del mercado laboral más ajustada a la realidad que la que pueden ofrecer las respectivas estadísticas, más estáticas si se quiere, de la EPA y el Gobierno. Para ello, Hacienda recaba información de todas las entidades pagadoras y de todos los perceptores de subsidios, sus retribuciones y sus retenciones, a partir de la cual elabora sus cálculos.






