Un equipo de investigadores de la Universidad de Valladolid ha creado el «biodigestor», una especie de arcón frigorífico de grandes dimensiones y sin fondo que transforma los cadáveres de los animales en compost para abonar la tierra. Los granjeros podrán gestionar así sus propios residuos.
La edafóloga Mercedes Sánchez, que ha dirigido el proyecto, ha explicado que la idea del biodigestor surgió cuando Europa cambio su normativa sobre la gestión de residuos orgánicos. Desde 2003 los ganaderos están obligados a retirar los cadáveres de los animales de sus granjas y a trasladarlos a depósitos donde se incineran o se tratan de forma especial. Existe un servicio de recogida en camiones que pasa por cada explotación, pero acarrea problemas de bio-seguridad.
El biodigestor, que puede compostar hasta dos toneladas de cadáveres de distintos animales (gallinas, pollos, truchas, cerdos y hasta vacas), evita los riesgos sanitarios y ya se ha probado «con muy buenos resultados» en granjas de Navarra, Valladolid, Salamanca, Palencia y Guadalajara.
Respetuoso con el medio ambiente
El aparato, similar a un arcón frigorífico sin fondo y con las dimensiones necesarias para poder ser manejado con una pala de un tractor, transforma los cadáveres de los animales en abono orgánico que se puede usar para fertilizar las tierras de cultivo.
El compostaje se hace en dos etapas, la primera de ellas dentro del biodigestor, que se llena con los cadáveres de los animales, estiércol de vaca o gallinaza y algún material como la paja, el serrín o las cáscaras de huevo.
La máquina se programa para que el contenido tenga los parámetros apropiados de humedad y temperatura, con el fin de propiciar un proceso aeróbico y exotérmico. «Los microorganismos se comen la materia orgánica y desprenden calor y CO2, que, a su vez, hace que suba la temperatura de la masa y se realice el proceso de compostaje de forma conveniente, destruyendo cualquier patología».
Durante esta primera etapa, que dura menos de un mes y es respetuosa con el medio ambiente, desaparece la forma animal del cadáver y la mezcla está preparada para salir fuera del contenedor y ser amontonada y almacenada para que esa materia orgánica siga compostando y sea apta para abonar.