Después de pasar un mal rato, acostumbrado a hablar siempre después de un chaparrón de goles, Guardiola tomó la palabra desde el corazón, molesto por las dudas después de dos malos días en Gijón y Londres. El ritmo de su equipo es tan endiablado que apenas se le puede alcanzar con las largas y anoche, contentísimo con las formas, piropeó una vez más a su grupo. «Estos jugadores valen un imperio. No sé cómo acabará el año, pero no cambiará nada mi opinión sobre mis jugadores».
Guardiola mira a la tabla y no acaba de creérselo, tan estirado que el Madrid, cuyos números son magníficos, está controlado. «Estamos a cinco del Madrid y es un equipo acojonante, no veo mejor equipo en Europa. Parece que después del empate contra el Sporting ya no estábamos. Pero sacarle esos cinco puntos a un rival tan bueno, que tienen a un entrenador buenísimo que no pierde un partido en casa desde hace nueve años, tiene mucho mérito. Es espectacular tener un nivel tan alto durante tanto tiempo», comentó. «No podíamos permitirnos otro pinchazo, el Madrid estaba cerquita», añadió Messi.
El preparador ensalzó al rival y destacó el buen primer tiempo del Barça, encantado también con la actuación de Pinto. Para el técnico, hubo un momento clave: «Después del posible penalti a Leo, la gente se ha animado». Hubo penalti a Messi y también Alves estaba en fuera de juego antes de que Villa abriera el marcador. «Un gol a los tres minutos es un palo grande, pero no quiero entrar a valorar la actuación del árbitro. Me han dicho que es clara la jugada y el línea estaba muy cerca», lamentó Joaquín Caparrós.






