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La «marca Thyssen» encona el acuerdo sobre la colección de la baronesa

Cultura comunicará hoy al Patronato del museo que al final acepta la oferta de Carmen Thyssen de prorrogar su préstamo gratuito un año más

Día 22/02/2011

Hace una semana estaba previsto que se reuniera el Patronato del Museo Thyssen para abordar la negociación de la colección Carmen Thyssen, pero Cultura anuló la cita «in extremis». Durante ARCO supimos que los abogados del Ministerio habían pedido a los de Carmen Thyssen un aplazamiento de seis semanas antes de tomar una decisión. El plazo del préstamo gratuito de su colección que hizo la baronesa en 2000 vence el próximo día 28. Pero ayer volvió a sorprender el Ministerio llamando al museo para que convocara para hoy al Patronato. En el orden del día figura, entre otros temas a tratar, la negociación de la colección.

Sorprende, pues hasta ayer las posturas seguían encontradas. La baronesa ofrecía ampliar la cesión de su colección un año de manera gratuita, pues entendía que la coyuntura económica no era la más adecuada para un gasto como el que supondría el alquiler de la colección. Recordemos que Carmen Thyssen decidió no venderla. La directora general de Bellas Artes, Ángeles Albert, dijo que la oferta del Ministerio consistía en ampliar el préstamo dos años, eso sí, pagando una cantidad. Ninguna de las dos partes cedía en sus pretensiones. ABC ha sabido que Cultura informará hoy al Patronato que finalmente acepta ampliar un año más la cesión gratuita. «Es una sorpresa —decía ayer la baronesa—; ahora sí se acepta mi propuesta de hace seis meses. Perfecto, es una buena noticia».

Y es que hace unos días la baronesa estaba dispuesta hasta a ampliar la cesión gratuita un año y medio. Algo que tampoco satisfizo a Cultura. ¿Por qué? Los abogados del Ministerio no han aceptado ninguna de las peticiones de Carmen Thyssen, que parecen razonables. La baronesa quería solucionar de una vez por todas el contencioso sobre la marca Carmen Thyssen-Bornemisza, que lleva en litigio desde 2005. Ese año la baronesa quiso registrar la marca Carmen Thyssen-Bornemisza para lo cual se dirigió a la Oficina Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria. Tras informar a la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, se denegó la petición de la baronesa. Esta interpuso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid un recurso contra los acuerdos de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Tras varios litigios entre la baronesa, por un lado, y el abogado del Estado y la Fundación por otro, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó sentencia con fecha de 31 de enero de 2008 sobre denegación de las marcas Colección de Arte Catalán Carmen Thyssen-Bornemisza y Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, que reclamaba la baronesa. Y, finalmente, el Tribunal Supremo desestimó en 2009 el recurso de casación interpuesto contra la sentencia del TSJ de Madrid.

Mientras la baronesa perdía en los tribunales, seguía negociando sobre su colección con los distintos Ministerios de Cultura. Tanto Carmen Calvo como César Antonio Molina estaban dispuestos a llegar a un acuerdo que satisficiera a ambas partes. Había fórmulas alternativas para permitirle a la baronesa utilizar su nombre. Por ejemplo, que lo registrase la Fundación y le permitiera a ella su uso de por vida. La baronesa ha llevado por todo el mundo 37 exposiciones con el nombre Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. «Es mi nombre —se ha lamentado siempre— y no sé por qué no puedo utilizarlo». Otros ministros de Cultura socialistas sí le dieron su apoyo para utilizar su nombre en los museos de Sant Feliú y Málaga. Ello formaba parte de la negociación de su colección, pues no se veía con buenos ojos el alquiler de la misma —se barajaba la venta u otras fórmulas como el leasing—. Pero nunca se llegó a firmar por escrito. Tanto Calvo como Molina salieron antes de resolverlo. Y con Sinde, la sintonía no ha sido igual. De hecho, no la ha habido nunca. Lo que se acordó de palabra con ministros anteriores ha quedado en agua de borrajas con la actual ministra. Ni comidas en el Museo del Traje ni invitación al palco del Teatro Real en el cumpleaños de Plácido Domingo han valido.

Y, por si la cosa no fuera bastante complicada, a nadie escapa que a finales de marzo abre sus puertas el museo de Málaga con parte de la colección española de la baronesa. Para ello se ha creado la Fundación Palacio Villalón. ¿Podrá utilizar su nombre en el museo? Al parecer se llamará Museo Carmen Thyssen Málaga. No es de esperar que Cultura entre en guerras autonómicas con un museo tan importante como este para Andalucía y para Málaga, en particular. No está el horno en el PSOE para bollos como poner en peligro el feudo electoral andaluz. Para rizar más el rizo (y el morbo), la jefa de prensa de la ministra es hoy la jefa de prensa del museo malagueño.

Además, la baronesa pide respeto, que se le tenga consideración como vicepresidenta vitalicia de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. Y por ello reclama al Ministerio ser informada antes de tomar decisiones importantes que afecten al museo. Ya ocurrió y tuvo que parar «in extremis» una destitución de alto nivel en el Thyssen. De momento, sus reclamaciones tendrán que esperar. También el futuro de esta colección. ¿Mejorará la crisis dentro de un año? ¿Se aceptará un alquiler? ¿Cuántas obras se negociarán?... Se ha puesto un parche al problema, pero no se ha solucionado. Sinde sigue con la pelota en su tejado. A ver qué hace ahora con ella... Electoralmente no le conviene perderla.

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