Parece que le han hecho el traje (y el tricornio, y el bigote) a la medida. El traje o, mejor, el uniforme de guardia civil con dos estrellas de ocho puntas, las de teniente coronel, bien relucientes en la bocamanga. Las estrellas del teniente coronel Antonio Tejero, protagonista de «23-F», película del director Chema de la Peña, con guión de Joaquín Andújar, y producción de los hermanos Ignacio y Gonzalo Salazar-Simpson, filme que hoy llega a las pantallas españolas coincidiendo precisamente con aniversario del el intento del golpe de Estado.
El popular actor Paco Tous se ha metido hasta los galones en el personaje del golpista. Ante él y su castrense y marcialísima transformación, sólo queda dar un taconazo, como mandan las ordenanzas, y cuadrarse reglamentariamente. En posición de firmes, preguntamos y escuchamos a Tous.
—¿Paco Tous, Antonio Tejero, o mi teniente coronel?
—Mi teniente coronel, por favor.
—Señor, sí, señor. ¿Meterse en la piel de alguien del mundo real, de alguien de quien tenemos algunas imágenes, es más fácil o es un problema?
—Interpretar a cualquier personaje histórico siempre supone un hándicap para un actor, porque cualquiera puede cogerte la medida, hacer comparaciones.
—¿Cuándo comprendió usted de todas todas que ya se había convertido en un auténtico personaje de armas tomar?
—En cuanto me quitaron el pelo y me pusieron el bigote empecé a tenerlo claro.
—¿Sabía mucho de él?
—Poco, como casi todos los españoles. Apenas esos diez minutos que vimos en la televisión dos días después de los hechos. Pero estaba el guión. Como decimos nosotros, teníamos a Tejero en letra, y yo tenía que interpretar ese guión, e intentar acercarme a los motivos que tuvo para hacer eso.
—Mi teniente coronel Tous, ¿tuvieron que leerle la cartilla?
—Sí, tuvimos un asesor militar, un coronel, y hablé con varios guardias civiles, especialmente sobre el uso del tricornio, que para ellos es un objeto mítico, un icono, un símbolo. No es ninguna broma vestirte con una guerrera militar.
—Con el debido respeto, ¿llegó usted, mi teniente coronel, a cogerle el gustillo al uniforme?
—Se esté a favor o en contra de los motivos de Antonio Tejero, nuestra película intenta mostrar a un hombre que los tenía y los defendió a rajatabla, con lo que él creía honestidad. No podíamos hacer juicios de valor, el juicio ya se lo hizo España. Además, si te pones a enjuiciar a tu personaje no haces sino echarte tierra sobre tu propio trabajo de interpretación.
—Usted y sus guardias han conseguido aparecer en la pantalla como un auténtico grupo de compañeros de armas, como si hubieses compartido muchas noches de guardia en la comandancia.
—Eso lo trabajamos mucho con el director. Queríamos que los guardias parecieran un grupo fuerte, decidido, que creía en lo que hacía. Durante el rodaje estuvimos unidos como una piña, fuimos una auténtica camarilla, un grupo con mucho compañerismo.
—¿Es bueno hacer memoria, aunque duela?
—Creo que sí, sobre todo si se hace sin traumas y de forma liberadora. Debemos conocer lo que se hizo mal y no se debería repetir, me parece justo y necesario.
—El productor, Ignacio Salazar-Simpson, me decía que le gustaría que el filme se recomendase en los colegios para conocer el significado del 23-F.
—Aunque sea mediante la ficción de una película, pienso que siempre está bien que reflexionemos sobre la historia.
