Ya se sabe que, en Hollywood, ser una bellezón es un arma de doble filo. Pero esta espectacular rubia nacida en Ohio pero criada en Carolina del Norte (donde un cazatalentos la descubrió en un supermercado cuando era una adolescente) está dispuesta a desafiar el tópico. De hecho, algunas publicaciones especializadas ya la han señalado como uno de los «rostros del futuro» para tener muy en cuenta, y la crítica se ha rendido a su vis cómica en su primer trabajo en la gran pantalla, «Sígueme el rollo», último filme de Dennis Dugan («Zohan», «Niños grandes»), donde encarna a la tentación inalcanzable de un pobre diablo (Adam Sandler) que llega a contratar a una madre soltera (Jennifer Aniston) para que finja ser la esposa de la que va a divorciarse para así «facilitar» su conquista.
–¿Es cierto que tuvo que sudar la gota gorda para obtener el papel?
–Ya lo creo. Tuve que presentarme cinco veces antes de que me lo dieran. Fue una verdadera agonía, porque me invitaban a lecturas del guión con otros actores que sí eran seleccionados, y luego me decían a mí: «No sabemos si te van a dar el papel, pero sigue intentándolo». Para que luego digan que las guapas lo tenemos fácil.
–¿Cree que su físico puede llegar a volverse contra usted?
–Puede que sea un hándicap, aunque aquí pagué la novatada. No había hecho ninguna película, y de repente me encuentro reunida con Jennifer Aniston, Adam Sandler y hasta Nicole Kidman, que hace un cameo en la película. Encima Jen me dio un abrazo cuando llegó y yo estaba temblando de miedo, no sé qué impresión le di (risas). De remate, en aquel momento el director me paso una nota que decía: «No la fastidies». No podía creerlo, casi me desmayo.
–¿Y qué tal la trataron en el rodaje?
–Estupendamente. Son grandes profesionales que me tomaron bajo sus alas y me ayudaron siempre. Además, todo el equipo se pasaba el tiempo bromeando entre sí, lo que creó una atmósfera estupenda para que la película sea una comedia muy divertida y ágil.
–Su debut no ha pasado desapercibido: acaba de rodar «Battleship» (basado en «Hundir la flota») junto a Rihanna y suena para sustituir a Megan Fox en «Transformers 3».
–Bueno, «Battleship» ha sido un papel pequeño, y lo otro aún no está confirmado. Ahora mismo estoy en el paro (risas), así que solo espero que alguien me ofrezca un papel pronto.
–¿Cómo se plantea su porvenir? ¿Alternará el cine su trabajo de modelo?
–Mi intención es seguir en Hollywood. Ahora mismo estoy dispuesta a interpretar cualquier película, e incluso estoy tomando clases de interpretación, porque quiero mejorar. Lo pasé tan bien haciendo este filme que quiero continuar este camino. Mientras estoy hablando con usted tengo los dedos cruzados, así que...
–¿Y cuál es el secreto para mantener su escultural figura?
–Muchos abdominales, ¡toneladas de abdominales! Especialmente antes de empezar a rodar, porque son los que marcan diferencias, nunca mejor dicho. Es muy difícil conseguirlos, porque tienes que alternar diferentes estilos de ejercicios, combinar deportes, rotar y agotar los músculos para que sea efectivo. Y, sobre todo, no aburrirse con ellos.
–Alguna vez se permitirá un pecadillo con la comida, ¿no?
–Claro que sí. De otro modo me volvería loca. Me fascinan los helados y los dulces. Tengo el paladar de una niña de doce años (risas). Eso sí, me alimento de una forma saludable y no pruebo nada frito, ni hamburguesas. Pero cuando se trata de dulces soy adicta a las golosinas con sabor amargo. Deliciosas.
Chica de portada
Antes de debutar como actriz, Brooklyn Decker ya era sobradamente conocida por ser la pareja del tenista Andy Rodick y, sobre todo, por ser la portada del especial de bañadores de «Sport Illustrated» de 2010: «Me parece un enorme privilegio, aunque al mismo tiempo me hace sentir rara porque no he hecho nada para ganármelo», señala.
«Sígueme el rollo». Director: Dennis Dugan. Intérpretes: Adam Sandler, Brooklyn Decker. Nacionalidad: EE.UU., 2010. Web: http://sites.sonypicturesreleasing.es/sites/siguemeelrollo_site. Hoy viernes 25, estreno.







