Teresa Rivero llegó al palco del estadio de El Alcoraz cuando el partido llevaba media hora consumida —se ahorró la pancarta que sus jugadores mostraron antes del inicio con el lema: «Basta de impagos. Rayo solución»—, pero justo a tiempo para ver cómo Tariq, el delantero centro del Huesca, descosía a su equipo en apenas cinco minutos con dos testarazos calcados. La presidenta del Rayo Vallecano llegó calentita al descanso, y en cuanto vio un micrófono se descolgó con unas duras declaraciones: «Parece que no quieren subir, lo están haciendo muy mal. Al menos lo que he visto de partido. Estos se creen que se van a quedar sin cobrar; me parece una desconfianza absoluta. Se lo hemos dicho: antes de final de temporada van a cobrar seguro», señaló, visiblemente contrariada, a Canal+.
Rivero defendió de nuevo la trayectoria de José María Ruiz Mateos, dueño de Nueva Rumasa: «Mi marido en su vida a dejado a nadie en la estacada, es una persona que ha creado empleo sin parar. No ha tenido nunca yates, ni avionetas, ni nada, como otros empresarios. Llevamos veinte años en el Rayo Vallecano y siempre hemos cumplido». Aseguró que si el equipo logra el ascenso «la cosa mejorará. Se puede remontar, se ha visto que el Rayo cuando quiere, puede, pero depende de los jugadores, nosotros hemos hecho todo lo que está en nuestra mano». Por último recordó que «es un horror» la cantidad de dinero que su familia se gasta en el club. La presidenta fue objeto de las iras de unos trescientos aficionados rayistas, que corearon «Rayo sí, Rumasa no».
Míchel: «No hubo dejadez»
La tarde en Huesca no acabó en remontada, sino en goleada (4-1), pero Rivero no añadió nada más. Sí habló Míchel, capitán del Rayo: «Las cosas pueden salir bien o mal, pero no se puede negar nuestra entrega. Vamos a luchar a muerte sobre el césped para estar arriba. Si las cosas no han salido bien no ha sido por dejadez». Sobre la promesa de Teresa Rivero de no dejarles sin cobrar, Míchel respondió: «Ojalá sea así».
Una representación de explotaciones ganaderas y de trabajadores a los que Nueva Rumasa adeuda dinero se manifestaron a las puertas del estadio. A la llegada del Rayo, los ganaderos derramaron cántaros de leche al suelo y mostraron pancartas alusivas a su situación económica.
