Es necesario dar un paso atrás y observar la panorámica de la Liga. Ver los siete puntos que el Barcelona le saca al Madrid y estudiar dónde han fallado uno y otro y dónde han acertado. En el caso del Barcelona está claro: no falla en nada, o en casi nada. Los azulgrana han empatado dos partidos y perdido uno, aquel primero en casa ante el Hércules, una derrota que, como se ha comprobado más tarde, fue un accidente. Después, un mínimo tropiezo con empate en casa ante el Mallorca y el reciente en Gijón. Todo lo demás han sido victorias, en un ritmo imposible de seguir para cualquier equipo, incluso para el Madrid, que tampoco ha fallado mucho, pero sí más que su rival.
Lo curioso del caso es que al igual que los azulgrana, los blancos se han ido dejando puntos en casa de los equipos más o menos modestos o, al menos, de conjuntos que este año no están realizando una gran temporada. Eso sí, todo lo que se ha dejado el Madrid ha sido fuera del Bernabéu pues en casa su trayectoria ha sido inmaculada. No obstante, fuera ha sido otro cantar: empató en Mallorca (undécimo en la Liga), con el Levante (decimoséptimo), en Almería (penúltimo) y Deportivo (decimotercero). Y perdió con el líder y con Osasuna (decimocuarto) en el Reyno de Navarra.
Regalar minutos
En la mayoría de los partidos ha habido una tónica común: el Madrid ha regalado demasiados minutos, en algunos partidos han sido partes enteras, en las que ha estado demasiado contemplativo, como pensando que el gol ya llegaría, sin dar una vuelta de tuerca más. Así, con el freno de marcha medio echado, ha visto pasar los minutos hasta que se le ha echado el tiempo encima de forma que cuando ha querido reaccionar lo ha hecho de forma apresurada, sin paciencia ni calma para elaborar las jugadas con las que desbordar a unas defensas ya crecidas y dispuestas a dejarse la piel con tal de sacar un punto que para todos estos equipos pueden ser la tabla de salvación cuando llegue el tramo final de la Liga.
Empero, no todo ha sido dejadez en los blancos. En muchas ocasiones no ha tenido fortuna. Es el segundo equipo que más disparos ha estrellado en los palos (doce, por trece del Sevilla), si bien el Barça no le anda a la zaga (es el tercero con diez). En este aspecto, Cristiano es un especialista pues ha lanzado cuatro veces a la madera por tres Higuaín, dos Adebayor y uno Khedira, Benzema y Kaká. También hubo palos en los partidos en los que el Madrid se dejó puntos: uno en Almería y dos ante el Deportivo. Otros aspectos negativos que han influido en la marcha del Madrid tienen que ver con su técnico, que ha abierto demasiados frentes. Lo del calendario huele más a excusa que a otra cosa porque es un problema que tienen todos los clubes grandes y que ya le sucedió a Pellegrini, Capello, Juande y todos los entrenadores que ha tenido el equipo blanco.
De cualquier forma, el principal problema de los blancos es el juego en sí, que no le llega para alcanzar a un Barcelona supremo. Además, el equipo aún tiene algunos asuntos que resolver: la definitiva integración de Benzema en el equipo, que va lenta, y la recuperación de Kaká, más lenta aún.






