El Gobierno ultima una nueva medida para ajustarse el cinturón en materia energética, después de aprobar el pasado viernes en el Consejo de Ministros la reducción de velocidad máxima en autovías y autopistas hasta los 110 kilómetros a la hora. Esta vez, el protagonista será el Ministerio de Fomento, aunque el objetivo de los recortes será el mismo: la red nacional de carreteras.
El titular del ramo, José Blanco, quien compareció ante los medios de comunicación para evaluar el laudo dictado ayer por el ex ministro Manuel Pimentel, anunció que en breve aprobará un plan adicional de ahorro en las carreteras españolas para reducir un 50% el gasto energético en la iluminación de «todas las carreteras de la red del Estado». La medida se podría concretar con la sustitución de las bombillas tradicionales por aquéllas de bajo consumo, con el propósito de rebajar la factura de luz de las carreteras, que el año pasado ascendió a alrededor de 25 millones de euros, según señalaron fuentes oficiales a Ep. Así, el ahorro estimado se elevaría a 12,5 millones de euros.
Blanco no especificó en qué consistirá, ni cuándo entrará en vigor. Tan sólo precisó, tras la comparecencia, que no requerirá su tramitación en el Consejo de Ministros. «Tenemos encima de la mesa nuevas medidas de eficiencia energética», avanzó el ministro, quien recordó que la dependencia española es «muy fuerte» y su reducción debe abordarse de modo «gradual».
Sobre la disminución del límite de velocidad y ante las preguntas sobre el recambio de las señalizaciones de tráfico, el ministro subrayó que se trata de «una medida transitoria», que tendrá «un coste irrelevante». En concreto, 250.000 euros, frente a los 2.500 millones destinados al mantenimiento de la red de carreteras.
«Es necesario ahorrar para que España como país no aumente la factura por petróleo y esto no dificulte la recuperación», aseveró el ministro, que vinculó la duración del nuevo plan de ahorro energético a las revueltas en los países del norte de África. «Se aplicará de forma excepcional mientras dure la inestabilidad en los países que suministran a España».
En este sentido también se pronunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien reiteró que la medida para contener el gasto energético es «temporal». Zapatero, que se encuentra de viaje diplomático en Qatar, explicó, en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro qatarí, Hamad bin Jassim bin Jaber bin Muhammad al Thani, que «no se trata de algo tan grave» llegar 10 o 15 minutos más tarde por reducir la velocidad en 10 kilómetros por hora. El PP se centró en la percepción exterior de la política y las recetas españolas para controlar los crecientes costes energéticos. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, tachó de «improvisada» la medida, una nueva ocurrencia desmañada que «no da la mejor imagen de España ni del Gobierno».
Pugna en los aeropuertos
Durante la comparecencia en el Ministerio del Paseo de la Castellana, Blanco se mostró confiado de el Ejecutivo logrará cerrar un acuerdo con los sindicatos mayoritarios en AENA (UGT, CC.OO. y USO), que amenazan con huelgas en toda la red de aeropuertos españoles durante el próximo puente festivo con motivo de la privatización parcial de la entidad pública. «Queremos garantizar la tranquilidad en los aeropuertos en Semana Santa», indicó el titular de Fomento, quien aseguró que destinará «todos los esfuerzos» a impulsar «el proceso de diálogo, que culminará en un acuerdo».
Blanco subrayó que la resolución del conflicto «enquistado» con el sindicato mayoritario, USCA, pone de relieve que «el procedimiento del laudo voluntario es una fórmula eficaz para este tipo de situaciones». Pero matizó que los llamamientos a la huelga no están relacionados con conflicto laboral alguno. «AENA va a seguir siendo una empresa pública y estatal. No existe una privatización, sino en la gestión de determinados aeropuertos».








