En Bilbao no se sabe si dolieron más los duros envites de David Navarro a Fernando Llorente, quien acabó con puntos de sutura en la cabeza, y a Javi Martínez, que recibió un golpe que le produjo una hemorragia nasal, o el recurso para el despiste arbitral que utilizó el defensa del Valencia en la acción del codazo al delantero internacional. Más le dolió probablemente al argentino Burdisso cuando el puño del defensa valencianista impactaba en su nariz en 2007.
David Navarro Pedrós (Puerto de Sagunto, 25 de mayo de 1980) siempre ha tenido fama de ser un zaguero de carácter; un tipo duro. De jugar en ocasiones al límite. No es el único. El capítulo que dio la vuelta al mundo, protagonizado por el valenciano, fue en el partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones 2006-07 entre el Valencia y el Inter de Milán. Finalizado el partido se montó una tángana en el centro del campo entre varios futbolistas. El zaguero, que no jugó, salió corriendo desde el banquillo y propinó un puñetazo a Nicolás Burdisso, al que le fracturó la nariz. La UEFA determinó una suspensión por esta agresión de siete meses, en los que Navarro no podría más que entrenar. Posteriormente, el organismo europeo redujo en un mes la sanción. El club «che» le interpuso una multa de 6.000 euros. La suspensión, no obstante, se podía revisar en el caso de que protagonizase un acto similar.
El futbolista y el club valenciano, cuando expiraba la sanción, entendieron que la mejor opción era una salida. Desde la entidad blanquinegra se barajó como primera alternativa un traspaso. El Mallorca se interesó por el defensa y allí se marchó en calidad de cedido durante la temporada 2007-08. Gregorio Manzano, como reconoció el propio jugador, le recuperó para el fútbol deportiva y psicológicamente, y se convirtió en una pieza clave del equipo balear. La temporada siguiente volvió al Valencia, donde fue creciendo. Le fue bien a Navarro su tiempo de exilio, alejado de algunas amistades que no favorecían su progresión deportiva de manera ordenada. El cambio de aires le fue beneficioso. La regularidad en su juego, la madurez que adquirió con Manzano y sus buenas actuaciones le abrieron las puertas de la capitanía este curso.
Ante el aluvión de críticas, Joaquín Sánchez, otro de los capitanes «che», decía ayer: «Puedo respetar la opinión de Llorente, lo que no comparto es el linchamiento que pueda tener David Navarro. Codazos y patadas se ven en todos los partidos y Bilbao siempre ha sido un campo muy fuerte y ellos un equipo cuyo punto fuerte es la agresividad y creo que no hay que llevar esto más allá».
