Al Gobierno parece haberle escocido el comentario de Fernando Alonso sobre la dificultad de «mantenerse despierto» conduciendo a 110 kilómetros por hora. Ayer, Miguel Sebastián llegó a apelar incluso al enemigo íntimo del piloto asturiano para contestarle. El ministro de Industria espetó que «Hamilton no se queda dormido al volante» cuando conduce bajo esa misma limitación de velocidad en Reino Unido. Un puyazo que se suma al que el vicepresidente Rubalcaba lanzó al bicampeón mundial español el pasado miércoles, cuando le tildó de «hombre viajado» que debe conocer la existencia de un límite de 110 kilómetros «en varios países que no son insensatos».







