Nueva Rumasa dio ayer un paso más en su huida hacia adelante. José María Ruiz-Mateos hijo anunció que el grupo prepara el concurso voluntario de acreedores —antigua suspensión de pagos— para dos o tres compañías del «holding» y que será presentado en los próximos días. No precisó qué empresas se verán afectadas; mucho menos si Clesa y Dhul, las principales y que están en todas las quinielas, están en esa lista negra. Y si los sindicatos pedían ayer nombres concretos, los abogados de los inversores afectados aventuraron que todas acabarán por caer.
El conglomerado empresarial se resistió y sólo informó de que, de las 30 compañías de Nueva Rumasa que desde el 17 de febrero se han acogido al «preconcurso», algunas pasarán a la situación de concurso de acreedores y otras permanecerán bajo ese régimen de la Ley Concursal. Entre las que se quedan al margen de la suspensión de pagos, avanzó Ruiz-Mateos en la rueda de prensa en la que dio a conocer esta decisión, está la cadena Hotasa, cuyos hoteles están en venta.
La intención de Nueva Rumasa sería ahora evitar los embargos. En «preconcurso», los acreedores no pueden solicitar el concurso pero sí embargar bienes. En suspensión de pagos se paralizan las ejecuciones y se facilita al grupo la venta de activos o la entrada de inversores dispuestos a salvar el «holding». Aunque ayer mismo se esfumó una de las principales opciones para la viabilidad de Nueva Rumasa y sus empresas.
El fondo de inversión estadounidense Oaktree Capital Management llevaba una semana analizando las cuentas financieras de Nueva Rumasa con el fin de invertir 500 millones en su reflotamiento. Tras esa radiografía, el fondo descartó ayer entrar en Nueva Rumasa, que asegura a este diario que el veredicto de Oaktree no tiene que ver con el balance y que es fruto del «desinterés mutuo». Sin embargo, fuentes consultadas por este diario apuntan a que la relación entra la situación financiera del grupo y la decisión del fondo «no está desencaminada».
Ataque al Santander
José María Ruiz-Mateos anunció además que el grupo presentará una querella contra el presidente del Banco Santander, Emilio Btín, al que culpa de la situación actual de Nueva Rumasa. El consejero delegado acusó a Santander y su filial Banesto, los dos principales acreedores del «holding», de «cortarles la línea de crédito de la noche a la mañana» y de coaccionar al grupo para que vendiese sus activos, sobre todo solares, a mitad de precio.
El hijo de José María Ruiz-Mateos aseguró que también iniciará una campaña «implacable» contra el banquero cántabro. «Pensamos investigar todas y cada una de las causas que tienen abiertas, tipo Madoff o Banif».
Las quejas del clan Ruiz Mateos por la actuación del Santander no son nuevas. La web de «El País» publicaba ayer correspondencia que José María Ruiz-Mateos habría mantenido en los últimos años con directivos del banco, incluido Emilio Botín. El tono alabatorio de las primeras misivas para intentar conseguir más crédito contrasta con el carácter agresivo que los escritos va tomando a medida que se cierra el grifo. «Por una vez te pido hagas un acto de humildad y recibas a mis seis hijos varones (inmejorables)», le espeta el patriarca a Botín en una carta fechada el 22 de septiembre de 2009. La misma en la que promete, si se llega a «un acuerdo de futuro» sobre financiación, que se retirará «sin dudar, y todo resultará altamente satisfactorio por ambas partes».
De la agresividad al ruego
«De lo contrario, después de tanta injusticia y continuada persecución, no tengo nada que perder, lo que sería un grave error por tu parte, pues dejarías de ser el ombligo de oro del mundo y debes saber que los banqueros sois los más odiados de la sociedad en la que vivimos», amenaza después.
El tono agresivo deriva en cierta desesperación, como en la carta manuscrita del 16 de febrero de este año en la que ruega: «Emilio, por favor, ¡no nos dejes caer! Sería horrible. De consecuencias inusitadas y además innecesario».
Y mientras, los trabajadores de sus empresas libran su propia batalla. Cerca de 2.000 empleados anunciaron que se manifestarán el sábado en Madrid para pedir medidas urgentes para paliar la situación de insolvencia de varias de sus empresas.
Salida de documentación
Anoche, miembros del comité de empresa de Clesa intentaron impedir la salida de la sede de las directivas de Nueva Rumasa, vinculadas a Clesa, Sonia Fernández y Juncal Vázquez. Éstas iban a bordo de sendos coches con documentación de la compañía. Los trabajadores se retiraron al acudir la Policía.







