La Fundación Fedea comparte las tesis de Angela Merkel de que los salarios deben ligarse a la productividad, pero va más lejos y advierte de que para recuperar los más de dos millones de puestos de trabajo destruidos durante la crisis, los sueldos deben crecer durante unos años incluso por debajo de lo que aumente esta variable. Así lo aseguró ayer Samuel Bentolila, uno de los firmantes de las propuestas para la reforma de la negociación colectiva que ayer presentó la fundación.
Entre sus recetas destaca la supresión de las cláusulas de revisión salarial. Deben desaparecer de los convenios, y en caso de mantenerse, se deberían ligar a la inflación subyacente —el IPC sin sus elementos más volátiles, la energía y los alimentos frescos— y actuar también a la baja.
Y es que, defiende Fedea, la mayor pérdida de poder adquisitivo es la de los desempleados. A su juicio muchos trabajadores hubieran preferido negociar rebajas de salarios a cambio de mantener su puesto de trabajo, y la rigidez del mercado laboral lo ha impedido.
Otra de sus recetas para la reforma de la negociación colectiva, que el Gobierno debería aprobar antes del 20 de marzo, es limitar a un año como máximo la ultraactividad de los convenios. Propone, en este sentido, que cuando hayan transcurrido doce meses desde el vencimiento del convenio sin que haya sido posible un acuerdo entre las partes, las cláusulas normativas del mismo dejen de tener vigor.Los catorce profesores firmantes de las propuestas consideran, además, que se debería incluir en todos los convenios un compromiso de que, en caso de discrepancias, ambas partes se someterán a un arbitraje vinculante.
Por último, el documento que ayer presentaron los profesores Pablo Vázquez, Juan José Dolado, Florentino Felgueroso y Samuel Bentolila, aboga por facilitar la fijación de las condiciones laborales en la empresa, y cambiar la regulación para que los convenios de empresa puedan rebajar los derechos reconocidos en convenios de ámbito superior.
Colocación de deuda
Por su parte, el Tesoro español logró colocar ayer 4.000 millones de euros en bonos a 15 años mediante un emisión sindicada que ha contado con una demanda de más de 7.000 millones. Eso sí, ha tenido que pagar un cupón del 5,90%. También Grecia logró superar el examen de los mercados al colocar letras a 6 meses, pero también más caras.
Esto se produce en un entorno de próximas subidas de tipos. El presidente del Bundesbank, Axel Weber auguró un alza del 0,25 puntos en abril, para cerrar el año en el 1,75%.
