Zlatan Ibrahimovic ha pasado durante su carrera por cinco clubes que, entre todos, suman 19 Copas de Europa. El sueco no se ha perdido una edición de la Liga de Campeones desde 2002, y sin embargo ese título aún no luce en su palmarés. Ibrahimovic es el gafe de la Champions, un delantero brillantísimo que por desgracia apaga su luz en la máxima competición continental.
No es fácil disputar la Champions, y menos perteneciendo a equipos con posibilidades de ganarla. Ibra lo lleva haciendo desde hace nueve ediciones, cuando debutó con el Ajax de Amsterdam (4 entorchados continentales). Es cierto que el equipo holandés ya no era en los inicios del siglo XXI ni la sombra de aquel que maravilló en los setenta y en cierta forma resurgió mediada la década de los noventa. Ibrahimovic alcanzó los cuartos de final en su primera temporada, y no pasó de ahí. Como tampoco lo hizo con sus siguientes clubes, la Juventus (2 títulos) y el Inter de Milán (3). Los cuartos de final seguían siendo el límite en la Champions para un futbolista que, sin embargo, sí lucía en todo su esplendor en la competición doméstica.
Tampoco le sirvió de mucho abandonar el Inter con destino a Barcelona, un equipo que venía de ganar su tercera Liga de Campeones de la mano de Guardiola. El destino quiso que fuera precisamente el Inter el que eliminará a los azulgranas en las semifinales, para después conquistar el título ya sin Ibrahimovic en sus filas. Lo que son las cosas, en el caso opuesto al delantero sueco está Samuel Etoo, que abandonó la Ciudad Condal como campeón pero por la puerta de atrás, y meses después revalidaba su corona con el equipo «neroazzuro».
Verano de 2010, Ibra abandona Barcelona con billete de vuelta a Italia, en este caso para jugar en el gran rival del Inter, el Milán de Galliani y Berlusconi (7 copas de Europa). En su primera intentona para romper su gafe el sueco también ha fracasado, y además con estrépito. La eliminación en los octavos ante el Tottenham le ha puesto en el centro de la diana por su pobre rendimiento. Tendrá que ser otro año...
