La escalada del precio del petróleo está haciendo estragos en la inflación europea, pero en unos países más que en otros. El IPC armonizado español se situó en febrero en el 3,4% tras subir cuatro décimas respecto al mes anterior. En la zona euro, la inflación solo subió una décima, y se situó en el 2,4%. De este modo, el diferencial del IPC español vuelve a situarse en un punto, un nivel desconocido desde que comenzó la crisis. Volvemos a perder competitividad frente a nuestros vecinos europeos. Y el dato nacional es incluso peor. La inflación se disparó al 3,6%. La subida de los combustibles, el crecimiento del precio de algunos servicios como viajes organizados o restaurantes, y una caída del precio de los alimentos menor que en el mismo mes del año pasado explican este repunte de la inflación.







