Aunque no es habitual que la Comisión Europea se meta en «harinas» políticas internas de los países, ayer hizo una excepción con Portugal. El departamento del comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, llamó a la responsabilidad de toda la clase política portuguesa ante el decisivo voto del último paquete de medidas de ajuste que tendrá lugar hoy en el Parlamento luso.
Salvo sorpresas, el Gobierno del socialista José Sócrates no contará hoy con los apoyos suficientes para sacar adelante el nuevo plan de recortes, lo que le llevaría a dimitir, según insinuó él mismo.
El principal partido de la oposición, el Partido Socialdemócrata, del que fue máximo representante el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, considera que este nuevo plan de ajuste fue anunciado por Sócrates en Bruselas, durante la última cumbre extraordinaria de la eurozona del pasado 11 de marzo, sin que antes se hubiera consultado con la oposición en Portugal, con los agentes sociales ni con el propio presidente de la república.
Portugal ha sido víctima de importantes ajustes presupuestarios, con subidas de impuestos y bajadas del gasto social, para intentar reducir el déficit público del 4,6% actual al 3% en el año 2012, lo que ha traído el lógico descontento ciudadano.
En un último intento de apaciguar la situación, Bruselas aseguró ayer que, a pesar de que Sócrates comunicó a la propia CE y al Banco Central Europeo las nuevas medidas de austeridad, que éstas no son válidas hasta que no reciben la aprobación del Parlamento luso, lo que aún no se ha producido, por lo que hay aún margen para una negociación de última hora en un contexto de «confianza débil» sobre el país.
El asunto de fondo es que la caída del Gobierno luso supondría la pérdida inmediata de la confianza de los inversores, lo que se traduciría en tipos de interés más elevados para la colocación de la deuda, de forma que sería más interesante desde el punto de vista económico que el país pasara a financiarse a través del Fondo Europeo de Estabilización Financiera. Portugal necesita colocar 9.000 millones de euros de aquí al 15 de junio. Los bonos a 5 años llegaron ayer a un tipo histórico del 8,01%, lo que suponen 537 puntos básicos de prima de riesgo.
El ministro de Economía luso, Fernando Teixeira, ya anticipó hace meses que si el tipo de interés de la deuda superaba el 7% sería necesario acudir al fondo de rescate, posibilidad que puede convertirse en una realidad en breve.
Todo esto se produce la víspera de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, consagrada casi exclusivamente a aprobar la crucial batería de medidas para dar una respuesta global a la crisis de la eurozona, que estuvo a punto de acabar con la moneda única en mayo del año pasado, entre las que destaca el aumento del fondo de rescate.
