La nueva crisis abierta en Portugal, y que probablemente hará que el país no tenga más remedio que acudir al Fondo de Estabilización Financiero de la Eurozona (FEFE), sería la tercera de gravedad en diez meses y, además, justo cuando los líderes europeos se reúnen hoy y mañana en Bruselas para aprobar lo que ellos han denominado como «respuesta global» a la crisis de la deuda en la eurozona.
Primero fue Grecia, allá por el mes de mayo. El falseamiento de las cuentas públicas por parte del Gobierno heleno obligó a la Comisión Europea y al FMI a salir al rescate del país con un paquete que ascendió a 110.000 millones de euros. Pero el rescate no sale gratis. El Ejecutivo heleno se vio obligado a aprobar un draconiano plan de austeridad fiscal y aún así todavía persisten serias dudas de que Grecia pueda cumplir con los compromisos adquiridos y superar la crisis en los próximos años.
Después Irlanda, en noviembre. El paquete de rescate de la CE, el FMI y en este caso también el Reino Unido, ascendió a 85.000 millones de euros para sanear su deteriorado sistema bancario y estabilizar sus cuentas.
Y ahora llega el turno a Portugal, cuyo rescate, según fuentes del mercado, podría alcanzar los 100.000 millones de euros. La nueva crisis llega justo en medio del debate europeo sobre el fondo de rescate.
Los jefes de Gobierno de la UE aprobarán hoy un paquete con reformas, que incluye el aumento de la gobernanza económica, más coordinación entre los países para ganar en competitividad y el refuerzo de los fondos de rescate, el que está en vigor ahora y el que le sucederá en junio de 2013 previo pequeño cambio del Tratado.
El reforzamiento del Fondo actual para que su capacidad real sea de 440.000 millones de euros se ha dejado finalmente para junio vistas las reticencias de algunos países, entre ellos Finlandia, y las dudas de última hora de Alemania, que quiere reprogramar sus aportaciones al Fondo, lo que no es baladí ya que es su principal «accionista». Además, se aprobará la creación de sanciones semiautomáticas, con multa incluida, para los países que rebasen los topes de déficit y deuda.
Y los mercados, adelantándose a la que se avecinaba, han castigado en los últimos días a la deuda griega, que ayer llegó a por encima del 7,7% con un diferencial sobre el bono alemán superior a los 450 puntos básicos. En esta ocasión, a diferencia de los dos rescates anteriores, la deuda española se ha salvado de los ataques de los inversores.







