A falta de sólo dos días para que finalice el plazo concedido por el Banco de España para que las entidades con necesidades de capital expliquen cuáles son sus planes para conseguirlo, la apelación a la hucha de fondos públicos ya se ha estrenado. CatalunyaCaixa anunció ayer que recurrirá al FROB por un total de 1.718 millones, con lo que logrará un ratio de capital superior al 10%, aunque no todos los euros de este paquete se cobrarán al mismo precio.
La caja catalana, así como su compatriota Unnim, fueron las dos grandes beneficiadas del régimen transitorio que el Gobierno incluyó a última hora en el decreto de reforzamiento del sistema financiero y que permitió a las entidades que estuvieran negociando ayudas del FROB en el momento del anuncio del citado decreto recibirlas con un carácter puramente financiero. Es decir, su ingreso no conlleva la entrada en el consejo de administración de representantes del FROB como sí que ocurre, sin embargo, con las nuevas ayudas.
Un «traje a medida» para las entidades catalanas (CatalunyaCaixa negoció una petición de unos 1.000 millones, mientras Unnim de alrededor de 200) que, precisamente, se esbozó en la misma reunión de Artur Mas con Zapatero en la que el presidente dio vía libre a que Cataluña refinanciara sus vencimientos de deuda pese a superar los topes de déficit. Ahora, la entidad dirigida por Adolf Todó se convierte en la primera entidad en recurrir al Estado para poder sobrevivir con las nuevas reglas y, sin embargo, consigue esquivar la nacionalización. La partipación del Estado en la caja catalana está aún por definir, pues dependerá de la valoración que hagan de ella empresas independientes.
Diferencias de trato
Aunque en lo que a la deuda se refiere la concesión de Zapatero terminó por convertirse en un café para todos ante el alud de quejas que recibió el Gobierno, lo cierto es que en el caso de las cajas no ha ocurrido lo mismo. Otras entidades, como las gallegas, intentaron recurrir a la misma solución, aunque dado que sus condiciones no se ajustaban a los estrechos parámetros marcados por el Banco de España —pues no habían comenzado la negociación de las nuevas inyecciones de dinero público dentro del plazo descrito— no pudieron acogerse a ellas. En cualquier caso, CatalunyaCaixa prevé mantener el estatus de caja, pero creará un banco del que será matriz y al que traspasará el grueso de su actividad financiera. No obstante, descarta salir a Bolsa en los próximos 12 meses, debido a las turbulencias actuales. Sí se contemplan fórmulas de capitalización privada como dar entrada a los empleados en el capital o emitir deuda convertible en acciones.








