Fue Oscar Wilde quien distinguió ejemplarmente la distancia entre un dandi y un esnob. Esnob, vino a decir, es quien mataría para que le invitaran a una fiesta; dandi, quien mataría para que lo echaran de esa fiesta. Es una cuestión de estilo. También en el fútbol vale la diferencia entre las dos castas. Uno dejaría al buen criterio del lector que estableciera las diferencias. Esnobs pueden ser Sergio Ramos y Alves; dandis, los dos Xabis: Alonso y Hernández; esnobs, sin duda, Cristiano y Messi; dandis, Ozil e Iniesta, y así hasta el infinito.
¿Y en los entrenadores? Uno se reserva la opinión porque el que parece ser esnob (Mourinho) es un tipo con la suficiente ironía como para ser un dandi oculto y el que parece un dandi (Guardiola) a veces le sale la vena esnob (sobre todo cuando pierde).
La Liga BBVA con los próximos choques Madrid-Barça ha quedado en un segundo plano tanto por los previsibles cuatro encuentros que sostendrán de aquí al 3 de mayo, como por los ocho puntos de ventaja. La pregunta de hoy en la catedral bilbaína es obvia: ¿rotará Mourihno o meterá presión a su colega culé y saldrá con todo? Imprevisible Mou.
Lo cierto es que los dos entrenadores juegan a despistar. Mourinho advirtió antes del partido de Champions del pasado martes que un 0-0 sería un buen resultado pero salió a por todo, y lo obtuvo, 4-0; Guardiola consideró que lo veía muy complicado y ganaron por 5-1. Hoy sabremos si el Madrid considera perdida la Liga o de acuerdo a su historia y a la cofradía del clavo ardiendo todavía mantiene el vigor. Es su prueba de fuego.
Una derrota en Bilbao, frente a un Athletic que lleva una campaña excelente, sería firmar el finiquito. Y a pensar en la Copa y en Europa. Porque para el Madrid la Liga entonces sería como Borges definió la Guerra de las Malvinas: la pelea de dos calvos por un peine. Y ninguno era ni dandi ni esnob. Lástima...
