«Si Barack Obama no aplica la tijera, lo haremos nosotros». Gobernadores de una docena de Estados norteamericanos, contestados en la calle por nutridas manifestaciones de funcionarios, se han apuntado a esa máxima para reducir juntos unos 125.000 millones de dólares en su gasto presupuestario del próximo año.
En EE.UU. son los estados los que están demandando más recortes al gobierno federal
En ambos países la crisis económica ha propiciado un debate de fondo sobre su estructura política. Muchos en España han cuestionado aspectos del título octavo de la Constitución. Al otro lado del Atlántico, lo que pone en duda la pujante opinión conservadora, crecida en su republicanismo con el éxito del Tea Party en las elecciones legislativas del pasado noviembre, es el papel de Washington en la recaudación y gestión de fondos. Piden un sustancial adelgazamiento del presupuesto federal (6,2 billones de dólares menos en los próximos diez años) y una drástica reducción de la deuda, que en estos momentos es de 14 billones de dólares.
En Wisconsin se está dando una dura batalla con motivo de los recortes
La criticada inacción de Obama en reducir el abultado déficit público —el mayor caballo de batalla del Tea Party— propiciaba una ocasión de oro a los dirigentes republicanos una ocasión de oro para aplicar su receta ideológica: frente a la atribuida ineficacia y el despilfarro federales, la resolutiva acción de los Estados en reducir el gasto. Y como diana, los sindicatos, que para la opinión conservadora simbolizan esas superestructuras innecesarias que además se benefician de las prebendas del corporativismo.
«No creo que se haga ningún bien a nadie cuando los trabajadores públicos son denigrados, vilipendiados o privados de sus derechos», terció sin éxito Obama, cuyo Partido Demócrata ha sido tradicional aliado y beneficario del poder sindical.
Ohio impide a trabajadores públicos negociar ventajas sanitarias
Ohio ha aprobado una ley que impide a los trabajadores públicos negociar ventajas sanitarias o régimen de pensiones. Michigan planea aumentar los castigos para los maestros que vayan a la huelga. Indiana aumentará el cheque escolar, algo que sindicatos y demócratas rechazan porque beneficia a la escuela privada frente a la pública. En Florida, las Cámaras están considerando rebajar las 26 semanas de seguro de desempleo, que podrían incluso quedar solo en doce, incluso cuando la tasa de paro no es alta (11,9%). El nuevo gobernador de Pennsylvania ha propuesto reducir a la mitad el gasto en Universidades, aunque ello suponga el cierre de algunos centros.
En Arizona, los legisladores estudian requerir a las principales ciudades que abran numerosos servicios públicos al concurso de empresas privadas. La lista sigue con Iowa, Kansas, Idaho, Tennessee, New Jersey...
California y Nueva York también se han apuntado a la ola
Según una encuesta de «The New York Times», el 56% de los norteamericanos están en contra de que a los funcionarios se les recorte el sueldo o algunas de sus prebendas colectivas, mientras que el 37% lo apoya con el fin de poder reducir el déficit público. Las iniciativas, pues, no cuentan con el apoyo ciudadano, pero en un clima de crispación política el humor del electorado es volátil.








