Woody Allen le aconsejó en su día a Isabel Coixet que no compitiera en Cannes, que era preferible pasear el estreno por la Croisette sin someterlo a críticas que pudieran condicionar el recorrido de la película en taquilla. El propio Allen se aplica este año su propio consejo inaugurando el festival con «Midnight in Paris», pero Pedro Almodóvar no es de la opinión del cineasta neoyorquino y estará presente en la sección oficial de 2011 con «La piel que habito».
Una excepcional ocasión para acaparar focos y «un estímulo para ponerse a dieta», tal y como el cineasta afirmaba en un comunicado oficial. Dejando de lado los típicos chascarrillos almodovarianos, el manchego reconocía estar «muy contento con el resultado» de la película y tener «una enorme curiosidad por ver cuál es la reacción en el variado seno del festival». Su presencia, sin embargo y como ha confesado el director del Festival, Thierry Frémaux, se cerró «in extremis», sin agregar más datos sobre los motivos por los que el español competirá en Cannes por cuarta vez en su carrera.
Su paso por el festival está lleno de matices y, sin duda, más luces que sombras. Logró la Palma a la mejor dirección por «Todo sobre mi madre», el reparto femenino al completo y el guión de «Volver» fueron premiados; «La mala educación» se estrenó en el festival, compitió con «Los abrazos rotos» y hasta ha sido miembro del jurado... pero nunca se ha llevado la Palma de Oro.
Y si la relación de Almodóvar con Cannes es especial, también lo es con su nueva película, «La piel que habito». Supone su reencuentro con Antonio Banderas 21 años después, la llegada de una nueva chica Almodóvar a la «factoría» (Elena Anaya) y la materialización de un proyecto que el manchego llevaba persiguiendo tanto tiempo que casi había pasado a la categoría de imposibles. Esos ingredientes hacen que vaya «al Festival con la ambición de hacer un buen papel en la cita mundial más importante de cine de autor».
No piensa en premios
Pero no crean, Almodóvar no piensa «en premios», le interesan «sobre todo la reacción del público, la prensa y los distribuidores que se ocuparán de la película en el mundo». Esa llamada de atención a la distribución y el «cuidado» mundial que pide para «La piel que habito» no son gratuitos. No olvidemos que es la primera vez que el estreno de una película de Pedro Almodóvar se produce después del verano (el 2 de septiembre) y no en el primer trimestre (acaparado este año por «Torrente»), como era habitual. La explicación de este cambio en el calendario la encontramos en la «piratería», tal y como puntualizaron desde El Deseo: «Lo haremos a la vez en todo el mundo. Y eso es, para nosotros, un desastre. Pero no nos queda otro remedio». Un «desastre» que coincidirá en el tiempo con la puesta de largo de la Ley Sinde, así que bien pensado no hay mal que por bien no venga.
Sea cual sea el veredicto del jurado que preside Robert de Niro, Almodóvar no lo tendrá nada fácil al competir con cineastas como Lars von Trier, Nanni Moretti o Aki Kaurismäki.






