El Real Madrid jugó mucho mejor con diez y con Ozil, cuando Albiol fue expulsado. En inferioridad numérica, los blancos sacaron su casta y su garra de siempre, y el alemán realizó un partido excelente. Mourinho presentó un planteamiento inicial de esperar al Barcelona, con Pepe como hombre que presionaba a Xavi, a Iniesta y a todos los rivales. El Madrid cedió el balón y el dominio territorial. Salió a no dejar jugar al adversario. El Barça, por el contrario, siempre fue «él». El mismo. Con su sistema de intentar dominar el balón. Sin embargo, cuando Albiol vio la roja, cuando los blancos eran diez, se transformaron. Hicieron su mejor fútbol. Buscaron el gol a balón parado. Ozil revolucionó al equipo.
No sabemos si el Madrid hubiera conseguido un mejor resultado de haber actuado desde el principio como en el segundo tiempo. Lo que sí es cierto es que el empate fue justo, pues si el Madrid fue mejor con el alemán y con ese despliegue de carácter, el Barcelona también se conformó con el marcador y no buscó la victoria. Eso sí, la Liga ha quedado virtualmente sentenciada. Ahora veremos si Mourinho repite esta estrategia en la final de Copa.
JOSÉ MARTÍNEZ SÁNCHEZ, PIRRI, EX JUGADOR DEL REAL MADRID






