Portugal comienza a descubrir que el rescate tendrá un precio. Las condiciones para que el país luso reciba la ayuda financiera externa empezaron a discutirse ayer en Lisboa entre representantes de la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Los términos del rescate financiero quedarán definidos después de las negociaciones entre la «troika» y el Gobierno en funciones de José Sócrates aunque también escucharán a la oposición y a los agentes sociales.
Después de una semana de reuniones técnicas, ha llegado la hora de concretar las medidas que se van a adoptar en Portugal para recibir una ayuda que se estima ascenderá a 80.000 millones. Tal y como ocurrió con Grecia e Irlanda, se espera sacar adelante un austero plan de reformas económicas, que incluye privatizaciones, reforma del mercado laboral y medidas para sanear el sistema bancario. Se quiere tener preparado el programa de ajuste a mediados de mayo, unas semanas antes de las elecciones legislativas anticipadas del 5 de junio.
La jornada de reuniones comenzó en el Ministerio de las Finanzas, con la presencia del ministro Teixeira dos Santos y representantes de las entidades: Jürgen Coger, de la Comisión Europea, Poum, del FMI y Ramsus Rüffer del BCE. Más tarde se unió el Gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa. El Bloco de Esquerda (BE), los comunistas (PCP) y Los Verdes han rechazado sentarse a la mesa con los representantes de la «troika», mientras que el principal partido de la oposición, PSD, y la derecha (CDS-PP) deberán reunirse con ellos en las próximas horas. Mañana también será el turno los diferentes agentes sociales.
Medidas «más duras»
El líder de la oposición, Pedro Passos Coelho, explicó ayer que en dicho encuentro va a defender un programa que apueste por el crecimiento económico y salvaguarde «a los más vulnerables». Recordó además que las medidas deben negociarse con las cuentas actualizadas de todo lo que cuenta para el déficit «encima de la mesa». Espera que se adopten medidas «más duras» que las previstas en el PEC rechazado en el Parlamento porque la situación es mucho más grave de lo que el Gobierno mostró al país y a Bruselas».
Y mientras, Finlandia sigue poniendo su granito de incertidumbre al proceso. El partido de ultraderecha antieuropeísta True Finns, el más votado en las elecciones de este fin de semana, está dispuesto a bloquear la ayuda a Lisboa si forma parte del Gobierno. Los socialdemócratas, la segunda fuerza más votada, también son reticentes a dar luz verde al rescate luso. Sin embargo, la Comisión Europea aseguró ayer que los resultados de las elecciones finlandesas «no cambian nada». El rescate de Portugal debe ser aprobado por el parlamento finlandés, que ya ha bloqueado la ampliación del actual fondo de rescate.
