El Teatro Real presenta el próximo lunes —y por primera vez en Madrid— la ópera «El rey Roger», con música de Karol Szymanowski (1882-1937). Considerada una de las grandes óperas polacas, cuenta con libreto de Jaroslaw Iwaszkiewicz (1894-1980), primo del compositor, que se inspiró en «Las bacantes» de Eurípides. Estrenada en 1926, la obra nació como fruto de la fascinación que sentía la pareja —profesional y sentimental—formada por el músico y el escritor hacia los temas orientales y lo exótico, influencias recibidas durante sus viajes al sur de Europa, en especial a Sicilia, que se había convertido en lugar de encuentro de intelectuales, artistas y aristócratas que vivían inmersos en un clima de libertad y sensualidad muy alejado del que en esos momentos se respiraba en su Polonia natal.
En la ópera, que llega a Madrid en una producción de la Ópera de París, se aborda la contradicción que siente el rey Roger II entre el deber y el placer (dejándose traslucir su homosexualidad), el orden y el caos, los límites de la religión y la libertad pagana... En definitiva, entre Apolo y Dionisio... «La obra tiene mucho que ver con la sexualidad de Szymanowski. Probablemente cuando la escribió trasladó a su música y a la historia gran parte de su personalidad. Es casi como una autobiografía», subraya el director de escena Krzysztof Warlikowki, del que ya pudimos ver en el Real hace un par de temporadas «El caso Makropulos», de Janacek.
El argumento retrata a la pareja formada por el rey Roger II (Mariusz Kwiecien) y su esposa Roxana (Olga Pasichnyk), cuyo feliz matrimonio se verá alterado con la llegada de un extraño Pastor (Will Hartmann), «que puede representar a Cristo o a Dionisio», explica Warlikowski. Ambos sufrirán una fuerte atracción hacia el recién llegado, una especie de mesías que predica una religión y un amor «diferente al cristiano». Mientras Roxana sucumbe, el rey Roger luchará por mantenerse al lado de Apolo (el sol) y no se dejará seducir por Dionisio (el pastor), lo que producirá una revolución en su interior. Warlikowski, en un montaje donde se combinan las proyecciones con las interpretación de los cantantes, ha situado la acción en los años setenta del siglo pasado, con referencias a Andy Warhol y Pier Paolo Pasolini.
En el foso se situará Paul Daniel, que ya dirigió en el Real «L'Upupa» de Henze y «El caso Makropulos» de Janacek. Daniel, que califica la partitura de Szymanowski como «peligrosa y explosiva. Cuando la tocas es como si jugaras con fuego», reconoce que la obra del compositor bebe de muchas fuentes —desde Debussy a Berg—, combinando el impresionismo y la sensualidad, «nunca copió a nadie». En «El rey Roger», el erotismo está muy presente. «En especial en la danza, climax de la ópera, cuyo ritmo posiblemente venga de Túnez». El director inglés subraya la complejidd de la música de Szymanowski, «es como un viaje en descenso en el que te puedes encontrar distintos niveles emocionales».
En colaboración con el Instituto Polaco, y paralelamente a las funciones, el Real ha organizado, en la plata sexta del teatro, una exposición sobre la vida y la obra del compositor polaco.
