Feria de Abril

Feria de Abril / de paseo por el real

Ganas de feria hasta el final

El real aprovechó la bonanza climática y lució ayer sábado espléndido de feriantes, carruajes y caballistas. Había ganas y, lejos ya de las aglomeraciones de los primeros días, el fin de semana Sevilla disfrutó de su Feria

Día 08/05/2011 - 07.38h

«Venimos a la Feria todo el fin de semana hasta el domingo, por su puesto, que para descansar ya tenemos el resto del año», nos dijo Esperanza López, matriarca de la ganadería equina Hermanos Pérez-López. Y como ella debieron pensar los cientos de sevillanos y visitantes que ayer llenaron el real de Los Remedios desde el mediodía hasta la madrugada.

En los últimos años el sábado es un día con ambiente, pero sin excesos, y ayer se cumplió la norma. La animación fue la tónica en las calles, en el paseo de caballos y en las casetas.

En la de Joselito el Gallo 55 daba cuenta de ello el break doble con media potencia enjaezado a la calesera apostado a la puerta durante la hora del almuerzo y en el que después se montaron los miembros de la familia Pérez-López para pasear por el real, algo de lo que disfrutaron tanto los pequeños de la familia como los mayores. El coche era el orgullo de la caseta, especialmente por los magníficos ejemplares que tiraban de él, caballos cartujanos del hierro del Bocado, uno de ellos llamado Oportuno es el semental de la cuadra y todos criados en la finca La Teja de Constantina.

En la caseta de Joselito el Gallo Pilar Osborne departía con la familia y unos amigos mientras los niños se subían y bajaban del coche de caballos. Por ahora son demasiado pequeños y aún no montan en la Feria, dijo Esperanza López de sus nietas, que en el campo si están ya aprendiendo a montar a la amazona para estrenarse, quizás, en la próxima Feria. «Es una pena que sólo puedan salir cada día la mitad de los enganches», comentó Gonzalo Sánchez León, esposo de Esperanza Pérez López, quien aseguró que hace ya algunos años que no hay tantos coches en el real y cabrían todos sin tener que repartir los días de feria entre los pares y los impares. Entre los impares que recorrieron el real el viernes pudo verse al enganche que ha obtenido este año el primer premio en la categoría de tronco a la calesera, propiedad de María Ángeles Chacón Noguera.

«Lo que diga Maruja» es el nombre de la caseta de Espartero 85 fundada por la familia Marañón, criadores también de caballos en la finca situada entre los municipios de Aznalcóllar, Sanlúcar La Mayor y Olivares. Maruja Fernández Luna es el alma de la caseta en la que manda la tertulia y la afición ecuestre, aunque nos contó que a las once de la noche se recogen <CW-10>todas las mesas y el que manda es el baile por sevillanas y alguna rumba. Pero Maruja estaba este año disgustada con el Ayuntamiento, tanto que no ha traído el coche de caballos a la Feria porque no puede apostarlo a la puerta de su caseta, pues comentó que desde hace dos años la calle Espartero se reserva para la parada de los taxis y no dejan parar a los enganches. Aficionados a los toros, los socios de Espartero 85 comentaban las buenas tardes que han podido disfrutar este año con las faenas de el Juli y Manzanares. En Joselito el Gallo 32, los hermanos Javier, Alfonso y Luis Ortal y sus amigos pasaron una tarde tranquila hasta que a las cinco llegaron los payasos para hacer las delicias de los más pequeños, que son parte esencial de la Feria, en la que disfrutan y aprenden las costumbres de sus mayores.</CW>

Muy cerquita, en Joselito el Gallo 177, como cada año Gonzalo Erize y Leopoldo Moreno montaban dos bonitos caballos a la puerta de la caseta de Miguel Bolivar, adornada con grandes espuertas de esparto colgadas de las paredes llenas de geranios. El anfitrión atendía, como es costumbre en la Feria de Sevilla, a amigos venidos expresamente desde Valencia, Madrid y México D.F. para disfrutar del real, de su paseo de caballos y del baile que ayer se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Había que despedir la última noche de Feria del año y los caballistas cuando abandonan el paseo no dudaron en cambiarse y entre las 22.30 y las 23.00 horas ya estaban de nuevo dispuestos para vivir la feria de noche.

El Gazpachuelo, en Juan Belmonte 119, es la segunda caseta familiar más antigua de la Feria de Sevilla tras la del Machacante, pues fue fundada en 1928 por Julián Ruiz Luque en el real del Prado. Sus socios actuales, Julián Ruiz Ruiz y sus familiares están muy vinculados a la Hermandad de Santa Genoveva, donde han participado en la Junta de Gobierno y en el coro.

Para visitar la caseta «Los Matrimonios» hay que acercarse a Juan Belmonte 86-88, donde Felipe Baena y José María León Sundheim almorzaron y pasaron la tarde del sábado, que fue ganando en fuerza al transcurrir las horas, pues el pequeño chaparrón que cayó en torno a las cinco no fue suficiente para desanimar a los feriantes que el sábado volvieron a llenar el real. La caseta de «Los Matrimonios», engalanada por Inés Loring, que hatomado el relevo a Santiago, guarda uno de los tesoros de la Feria de Sevilla, una colección original de carteles de toros del siglo pasado. Se pueden ver ternas formadas por Paco Camino, el Cordobés y Palomo Linares, pero la joya es el cartel auténtico de la última corrida que lidió Manolete, el 28 de agosto de 1947 en Linares «a las 4.45» horas, junto a Gitanillo de Triana y Luis Miguel Dominguín. La Feria siempre sorprende.

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