El Esflow explora las posibilidades eléctricas de un deportivo que podría aterrizar, con un diseño no lejano, a medio plazo para competir, entre otros, con el derivado del ensayo Toyota FT-86 II.
Presentado en el Salón de Ginebra 2011, se ha dejado ver en la muestra catalana de automoción. Se sirve de 2 motores eléctricos centralizados que mueven las ruedas traseras. Su diseño responde al canon clásico de los deportivos Nissan, muy en línea con los por muchos añorados Datsun, y en todo caso con el vigente Nissan 370Z: morro muy larga y zaga mínima.
Su avanzada batería es de iones de litio, parecida a la del también eléctrico Nissan Leaf, y está estructurada por paquetes de celdas alojados en los ejes delantero y trasero. Cuenta con un terminal de recarga ubicado en las tomas de aire bajo los faros.
El Esflow consigue un paso de 0 a 100 km/h inferior a 5 segundos, pero según el fabricante consigue una autonomía de 240 km. Dentro, fija los asientos a la estructura principal del bastidor para aumentar rigidez, de modo que son el volante y el pedalier los que se ajustan, y además de forma eléctrica.
Nissan asegura que la robustez del conjunto techo/bastidor/carrocería podría soportar su propio peso en caso de accidente con vuelco, lo que evitaría hundimientos. Sin embargo, no lleva pilares delanteros A para mejorar la visibilidad, mientras que los retrovisores son 2 pequeñas videocámaras adosados al borde delantero de las puertas.







