Getafe
2
Osasuna
0
El de anoche era un partido que estaba marcado en rojo en el calendario del Getafe y esta vez el público sí que acudió a la llamada de su equipo. Con las luces de emergencia encendidas, la afición llenó el Alfonso Pérez en busca de un triunfo que acercara la permanencia al sur de Madrid. [Narración y estadísticas]
Incansable durante todo el encuentro, la grada solo se quedó en silencio cuando los transistores anunciaron el gol de Ponzio, que metía en descenso a los madrileños. El tanto del Zaragoza coincidió con la entrada de Parejo. El atasco con el que el Getafe había entendido el partido hasta entonces, se disipó con la aparición del mediapunta, que contagió con su clase al resto de compañeros. Parejo se colocó junto a Boateng, que respiró aliviado al verse liberado de las funciones ofensivas, y tomó la batuta del equipo.
El conjunto de Míchel, que hasta entonces había sufrido de lo lindo en la banda, comenzó a tocar el balón en el centro del campo, al tiempo que Osasuna trataba de mantener la pelota con escaso éxito. Apenas habían pasado siete minutos desde la entrada del canterano del Real Madrid cuando se produjo la conexión mágica. El balón llovido al segundo palo lo bajó con mimo Parejo antes de romper en velocidad a su par y enviar un centro raso destinado a Colunga. Invitado inesperado, Flaño se cruzó en medio de la fiesta getafense, aunque lo único que pudo hacer fue desviar la pelota hacia su propia portería.
El gol no serenó los ánimos en el Getafe, cuyo estado de nervios fue en aumento con el paso de los minutos. De eso se aprovechó el Osasuna, que poco a poco se fue haciendo el amo del partido. La tuvo Kike Sola, tras un precioso recorte al «Cata» Díaz que acabó en palomita de Ustari, y poco después Pandiani se estrelló con el palo. La tranquilidad solo llegó con el gol de Pedro Ríos, que culminó un rápido contragolpe llevado por Parejo.
