La portavoz del Gobierno valenciano, Paula Sánchez de León, reconoció el pasado viernes que el jefe del Consell, Francisco Camps, «como cualquier otro candidato, puede haber sufrido un desgaste por un descrédito en el que se ha sumido en general la clase política».
Por lo visto hasta el momento en la campaña electoral, puede que el diagnóstico de la consellera respecto a la precepción de la clase política sea acertado. El último ejemplo fue el acto central del PSPV en la plaza de Toros de Valencia el pasado sábado, donde los militantes adolecieron de la pasión propia a este tipo de actos —salvo en los abucheos a los compañeros de Canal 9—.
Esa tendencia general de desgaste en los dirigentes políticos, sin embargo, no es tan acusada como se presume en el caso de Camps. Según los datos de la encuesta sobre intención de voto de Ikerfel para el grupo Vocento, realizada entre el 19 y el 26 de abril pasados, el líder de los populares valencianos sigue siendo un valor añadido para su partido.
Una pérdida inapreciable
El 52,6% de los votos autonómicos que obtendría la candidatura que encabeza Francisco Camps suponen un porcentaje elevadísimo que apenas insinúa el desgaste propio de una legislatura dura en cuanto a la destrucción de empleo y el acoso personal sufrido por parte del PSPV, que lo ha situado en la plaza pública por con la excusa del «caso Gürtel».
En realidad, Francisco Camps solo obtuvo siete décimas más en porcentaje de votos en la cita de 2007. De confirmarse los resultados del sondeo, el aval ciudadano para encarar su tercera legislatura quedaría fuera de toda duda.
La conclusión del sondeo pone en entredicho, hasta cierto punto, la teoría de que Camps se ha rodeado de munícipes de renombre en la lista autonómica —como Sonia Castedo en Alicante o Alberto Fabra en Castellón— para, entre otras cosas, beneficiarse del arrastre del voto municipal.
De hecho, Camps obtendría un grado de respaldo ligeramente superior al de Sonia Castedo en Alicante y Alberto Fabra en Castellón. En el caso de Castedo —que debutará en las Cortes como cabeza de lista de la provincia alicantina—, Camps superaría el voto municipal estimado en 2,6% puntos.
Suma en Alicante
El mayor número de papeletas a las Cortes que al Ayuntamiento es todavía más significativo si se tiene en cuenta que la alcaldesa de Alicante, además, aumenta en 4,7 puntos el resultado de su predecesor en el cargo, Luis Díaz Alperi.
La distancia con Alberto Fabra, otro de los dirigentes de mayor predicamento en el PP y que esta legislatura se estrenó en las Cortes autonómicas es de casi seis puntos, a pesar de que el castellonense, según el sondeo, mantendrá la ventaja que obtuvo respecto al PSPV en 2007.
La obsesión que siempre ha tenido Camps por vertebrar la Comunidad podría explicar el reconocimiento a su labor que apuntan los datos sobre intención de voto (desgranados en el sondeo de Ikerfel), y que confirman la tendencia de 2007. Hace cuatro años, el PPCV también obvtuvo más votos en el plano autonómico que con la suma de todas las papeletas municipales.
El fenómeno del «valor añadido» de Camps en el PPCV solo se rompe en Valencia, donde la alcaldesa, Rita Barberá —bautizada como «la alcaldesa de España»— sigue arrastrando más voto. Pese a todo, la distancia entre el voto municipal y el autonómico en Valencia se recorta después de que Barberá tocase techo en 2007 con un 57,4% de los votos.
También a nivel provincial
Los datos provincializados repiten el guión, y Camps, con un 52,6% en intención de voto, suma más apoyos en Alicante —que se queda con un 51,6% de los votos— y Castellón —con un 47,6%—. Solo queda por debajo en Valencia (cuya lista a las Cortes encabeza él mismo), donde el voto al PP se va hasta el 54,3%.
En la provincia de Valencia, la tarea del presidente provincial, Alfonso Rus y especialmente la citada Rita Barberá (la capital del Turia es el mayor vivero de votos), suman para complementar el tirón de la figura del presidente del PPCV.
A seis días para la cita electoral del 22-M todo apunta que Camps seguirá manteniendo un elevado nivel de respaldo ciudadano. De confirmarse los sondeos y la vigencia del «efecto Camps», toda la estrategia del PSPV —centrada en el desgaste de la figura del rpesidente— se revelaría inútil.






