A la hora de escribir esta crónica, Lars von Trier ya había sido obligado a abandonar Cannes y, según declaraciones de la Oficina de Prensa a ABC, el director danés ya no se encuentra en la localidad francesa. Von Trier declaró el pasado miércoles durante la rueda de prensa de su película «Melancholia», a concurso en la Sección Oficial, que «entiende a Hitler» y, a pesar del tono jocoso y de sus inmediatas disculpas a través de sus responsables de promoción, la organización del festival ha sido tajante. En un escueto comunicado, la Junta Directiva declara por primera vez en sus 64 ediciones persona «non grata» a un director participante. Reza así el texto: «El Festival de Cannes ofrece a artistas de todo el mundo una tribuna excepcional para presentar sus trabajos y defender la libertad de expresión y de creación. La Junta Directiva del Festival, que se ha reunido en sesión extraordinaria este jueves 19 de mayo de 2011, lamenta profundamente que esta tribuna haya sido utilizada por Lars von Trier para expresar comentarios inaceptables, intolerables y contrarios a los ideales de humanidad y generosidad que presiden y prevalecen desde la propia existencia del Festival. La Junta Directiva condena muy firmemente estos comentarios y declara a Lars von Trier persona “non grata” en el Festival de Cannes, y lo hace con efecto inmediato».
¿Cuál es el significado exacto de esa decisión? «Melancholia» continúa en la competición, pero a Lars von Trier ya se le ha pedido que se vaya y lo ha hecho. No puede acudir a la ceremonia de clausura del próximo domingo, y en el hipotético caso de que él o su película resultaran premiados, tampoco podría recogerlo. En cuanto a sus posibles participaciones futuras —Von Trier es un competidor habitual en Cannes; de hecho ya se hizo con la Palma de Oro por «Bailar en la Oscuridad»—, y debido a que se trata de un caso sin precedentes, el festival no se pronuncia.
Los que sí ya han hablado, entre otros, han sido el ministro de Cultura francés, Frédéric Mitterand, que justificaba ayer desde Bruselas la fulminante expulsión del realizador por sus comentarios «indignos e inaceptables», y la actriz Kirsten Dunst, protagonista de «Melancholia», quien resaltaba que «uno no puede bromear en cuanto a que es nazi».
En declaraciones a la revista «Hollywood Reporter», y tras conocer la medida tomada por el Festival de Cannes, Lars von Trier echaba, en cierta forma, más leña al fuego: «Es una pena, porque Gilles Jacob —director del festival y, además, judío— es un buen amigo mío. Lo que dije fue una absoluta estupidez, pero yo no soy en absoluto Mel Gibson. Lo que quise decir es que podía imaginarme a Hitler en su bunker, planeando y maquinando, y no que yo haría lo que hizo Hitler. Pero es una pena si pierdo el contacto con Cannes. Tengo que decir que me siento un poco orgulloso de haber sido declarado persona “non grata”. Tengo una Orden Francesa y ahora querrán quitármela del pecho». En el momento de conceder esa entrevista, el cineasta danés desconocía si su filme sería retirado de la competición o no. «Espero que no —continuaba—, porque aunque fuera Hitler, y no lo soy, si fuera Hitler e hiciera una gran película, Cannes debería seleccionarla. Creo que Kirsten me ve como alguien muy europeo y muy pirado, pero no creo que a Charlotte (Gainsbourg) le sorprendieran mis comentarios. Su padre —el cantante Serge Gainsbourg— era famoso por ser provocador. Ella me dijo: “Mi padre se habría sentido orgulloso de ti”».






