Hay sueños que marcan una vida. A finales de marzo, Nicolás Cuervo llevaba dos horas y media de cola frente a la escuela de arte dramático Whakaari, en Wellington, la capital de Nueva Zelanda. La cuenta atrás para su gran momento había comenzado. En septiembre de 2007 se instaló en las antípodas para intentar cumplir su sueño: aparecer en la película ‘El Hobbit’ en el papel de cualquier personaje, aunque fuese el cadáver que apenas se vislumbra en una gran batalla. Y allí estaba en Nueva Zelanda, en el ‘casting’ que seleccionaría a los elfos que formarían parte del rodaje. Acariciaba su sueño con las yemas de los dedos, informa El Comercio.
Cuando le llegó el turno, un portero grande como un orco le hizo colocarse junto a una marca en la pared. Los elfos, tal y como los imaginó Tolkien en sus libros, son altos y delgados. El gigante le obligó a Nicolás a quitarse las botas de monte que se había calzado para la ocasión. Para aparecer como elfo en la película, el mínimo requerido es 1,83 metros de altura. Nicolás mide 1,79. Cuatro centímetros le habían apartado de su sueño. «Ahora estoy pensando en plantarme delante de los estudios con una pancarta para que Peter Jackson me vea. Más información en elcomercio.es