La historia del desencuentro arrancó antes del trabajo en común. Valdano y Mourinho encarnaban dos filosofías de vida, dos maneras de mirar el fútbol. La vieja escuela argentina, entre la estética de Menotti y el resultadismo de Bilardo. Ambos negaron el dilema y anticiparon una convivencia profesional en calma allá por el verano, cuando el madridismo celebró el fichaje del portugués. Once meses después, el desafecto se convierte en fractura.
Mourinho esperó poco para expresar su diferencias públicas. «Necesito que el club me apoye», dijo tras mostrar una lista con trece errores del árbitro Clos Gómez en el partido contra el Sevilla. Y ya no paró porque Valdano, el destinatario del mensaje, no dijo ni mú.
Lo que vino a continuación fue una sutil y creciente confrontación por el poder deportivo del club y la consideración de Florentino Pérez. Mourinho rompió la baraja después del partido con el Mallorca, el pasado 23 de enero. A propósito del fichaje de un delantero, aseguró que él sólo despachaba «con el presidente y con José Ángel Sánchez (director general de márketing). Con nadie más». El entrenador despreció así a Valdano, presunto último responsable de la parcela deportiva. El argentino replicó al acabar el encuentro ante el Almería. «El nueve estaba en el banquillo», dijo en referencia a la suplencia de Benzema.
El desencuentro público incentivó la labia de Mourinho, que no necesita mucho para adaptar su verbo a la polémica. «Ya estoy mayor para que me manden mensajes por la prensa». La reacción de Valdano fue un paso lateral. Dejó de bajar al vestuario. «Si él se siente más cómodo así, me apartaré. Se trata de que el entrenador del Madrid cumpla su trabajo con la mayor libertad».
La cadena de clásicos y el despliegue oral en las salas de prensa irritó al director general, cuya continuidad ya estaba en tela de juicio. «Hay demasiado ruido alrededor del entrenador y sería bueno que bajase los decibelios». Mourinho reaccionó por las bravas, a través de un portavoz de nuevo cuño, Eladio Paramés: «Valdano es el portavoz del club, pero que yo sepa no es el portavoz de Mourinho». Después de once meses en conflicto y siete años como directivo, Valdano se va.
